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Miércoles, 23 de mayo 2012, 15:27
El biólogo alicantino Ignacio Solano ha desarrollado una formulación novedosa para la conservación de los jardines verticales en fachadas de edificios. Se trataría de una combinación de bacterias procedentes de Madagascar cuya aplicación evitaría que dichos jardines se sequen.
Hace una año que Solano, dedicado profesionalmente al paisajismo urbano en la provincia de Alicante, obtuvo la patente de esta formulación y, desde entonces, ha estado haciendo pruebas en jardines verticales de la Comunidad Valenciana y otras zonas de España.
En todos los casos, según informa Solano, se ha registrado un 100% de éxito en los jardines. Estos resultados han provocado que algunos profesionales califiquen su descubrimiento como «las habichuelas mágicas del siglo XXI» y su aplicación se extienda como la pólvora por jardines verticales primero de la provincia de Alicante, seguidamente de la Comunidad Valenciana y, después, de toda España.
En la actualidad, Solano está aplicando este nuevo sistema en Colombia, Buenos Aires, Chile y Ecuador, en el marco de un ciclo de cursos formativos con los que intenta impulsar una nueva «filosofía verde» que replantea el concepto urbanístico actual. En palabras de Solano, «heredar un mundo enfermo no nos da el derecho de entregarlo así a las siguientes generaciones».
Los jardines verticales se van abriendo paso en la bioconstrucción como tendencia ecológica con gran éxito y aceptación en la arquitectura y diseño, además ya es por todos conocido los beneficios que estos aportan a favor del medio ambiente.
El responsable de Paisajismo Urbano -empresa dirigida por Solano y surgida en 2007- asegura que el éxito de su trabajo se basa «en un profundo conocimiento del funcionamiento de un ecosistema, no solo en la selección de especies, sino en la combinación entre ellas, de manera que unas ayuden a otras, o de la microflora y microfauna, indispensable para que el sistema funcione como un todo, como lo hace un bosque, por ejemplo».
Efectividad sobre más de 100 especies
Más de un centenar de variedades de plantas utilizadas por los técnicos de Paisajismo Urbano -entre otras especies aéreas destacan líquenes, musgos, helechos, orquídeas o bromelias- se han beneficiado ya de la nueva formulación de Solano. Asimismo, desde la mercantil indican que los jardines están controlados las 24 horas, los 365 días del año, a través de webcams que confirman la correcta evolución de los cultivos.
Sistema Innovador
La nueva patente supera las limitaciones del sistema Patrick Blanc, referente hasta ahora en este tipo de bioconstrucciones y punto de partida de la investigación.
El biólogo español empezó a mejorar el sistema Pactrick Blanc gracias al desarrollo de un sofisticado sistema de riego que controla todas las condiciones químicas y los fallos posibles que el sistema pudiese dar. A estas innovaciones se añadió la colocación múltiples sondas de control y un avisador GSM lo que le permite garantizar, por escrito, el éxito completo del sistema.
Beneficios del Paisajismo Urbano
El paisajismo urbano, consistente en tapizar fachadas, tejados y muros con diferentes plantas, debe lograr que las especies utilizadas crezcan sin estar enraizadas al terreno, a diferencia de lo que sucede en los jardines convencionales.
Estos jardines verticales permiten aislar las construcciones reduciendo hasta en 5 grados la temperatura exterior en verano y hasta en 10 decibelios el nivel de contaminación natural acústica, lo que los dota de un importante valor ambiental.
Además, entre sus beneficios medioambientales destaca la capacidad para generar oxígeno de estos jardines. En concreto, un metro cuadrado de cobertura vegetal produce de forma natural el mismo oxígeno que necesita una persona durante un año, según indica Ignacio Solano. Sus creadores afirman que, en el caso de las oficinas, también mejoraría el rendimiento de los trabajadores debido a sus propiedades.
No obstante, su supervivencia hasta ahora presentaba bastantes dificultades desde el punto de vista de la jardinería. Estos diseños vegetales superan ahora sus limitaciones gracias a un tratamiento biológico porque, en palabras de Solano, en su creación resulta imprescindible considerar factores como «una combinación equilibrada entre hongos, bacterias y plantas. No solo se trata de poner plantas y regarlas».
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