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Jueves, 31 de mayo 2012, 11:36
Marwan regresa a la sala Matisse de Valencia después de presentar su último trabajo, 'Las cosas que no pude responder', el pasado mes de diciembre. En este disco Marwan se decanta por un desnudo sentimental y canta a la sorpresa ante la pérdida de la inocencia en los desamores. Estupefacto, descubre la hostilidad de nuestro mundo incluso en el amor y denuncia la falta de ternura. Algo que nos puede llevar sutilmente de una relación tormentosa a un trasfondo social.
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Marwan fue nombrado en 2010 Músico por la Paz en el Parlamento Europeo y Premio Guille 2011 al mejor cantautor otorgado por asociación de salas de conciertos de Madrid La Noche en Vivo, posiblemente gracias al cóctel de sentimientos que produjo su disco anterior, Trapecista, en una gira acogida por los pueblos de medio mundo: Argentina, Chile, Uruguay, Palestina, Grecia, Rusia, Francia
El cantautor nace fruto del amor entre un palestino y una española un mes de marzo de 1979. Comienza sus andaduras con la guitarra a los 15 años, aunque su carácter musical no se asienta hasta que empieza a coincidir en bares, cafés y cafetines con la llamada Generación de Autor de los 90 s. Las letras y los ambientes de Ismael Serrano, Pedro Guerra, Tontxu, César Rodríguez y Carlos Chaouen atrapan definitivamente al que ya por aquel entonces era firme admirador de la vieja guardia: Silvio y Serrat.
Hasta el momento, Marwan ha cosechado éxitos insospechados en las salas de toda España y medio mundo. ¿Qué tiene la música de autor, y más concretamente Marwan, para llenar salas de cualquier ciudad sin recurrir al marketing, la publicidad y las grandes discográficas? Sin llegar a desvelar del todo el misterio de esta magia, el cantautor aventura una hipótesis: Cuando la gente se identifica con lo que cantas, lo personal pasa a la dimensión de lo universal Todo es boca a boca y un poquito de ayuda de las herramientas de Internet.
Lo cierto es que la universalidad de lo íntimo a la que se refiere nuestro músico, unida a la omnipresente Internet y una gran cantidad de trabajo, han desatado un fenómeno que además de cierta magia ha dejado una firme huella en la estadística musical: una gira que supera los 80 conciertos en un año y que ha conseguido llenar todas las salas visitadas. Todo sin ninguna ayuda, sin promoción, sin equipos de trabajo Todo por el poder de unas palabras que traspasan la frontera del oído.
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