Goya Toledo: «Lo de ser madre lo tengo clarísimo»
La actriz se confiesa: «Soy tímida, pero con mi familia y amigos me sale la vena payasa, ahí me suelto la melena»
ARANTZA FURUNDARENA
Sábado, 22 de diciembre 2012, 00:53
Su aspecto frágil la predispone a roles dramáticos. Y su condición de amiga íntima de Penélope Cruz la expone a una curiosidad a veces malsana. Sin embargo, Goya Toledo no necesita etiquetas. Lleva tiempo demostrando que por encima del morbo y de los clichés es una actriz de talento capaz de comprometerse hasta el tuétano con cada nuevo papel. En especial, con aquella madre de un niño enfermo de cáncer que encarnó en la película Maktub, dirigida por Paco Arango y estrenada hace un año. «Ese personaje me lo llevaba a casa, me despertaba con él. Realmente me marcó durante todo el rodaje», confesó Goya hace unos días durante la presentación en Madrid de la campaña Envía una sonrisa contra el cáncer infantil, promovida por la Fundación Aladina.
Creada por el guionista y director de cine Paco Arango, Aladina acaba de conseguir la puesta en marcha del nuevo centro de trasplantes de médula ósea en el hospital madrileño del Niño Jesús y para celebrarlo ha decidido hacer llegar a los niños enfermos el cariño y apoyo de los ciudadanos, que podrán depositar sus mensajes, dibujos y cartas en los buzones que la fundación tendrá instalados en la capital durante los meses de diciembre y enero, o enviarlos a través del buzón virtual de su página web. Una iniciativa en la que Goya Toledo está muy involucrada. «El cáncer infantil no lo he vivido directamente en mi familia, pero sí con alguna persona mayor y la pérdida siempre es dura. Pero, tal como se describe en la película en la que me dirigió Arango, estas situaciones críticas te muestran también lo mejor de cada uno».
Actriz con esa rara cualidad de humanizar los papeles que interpreta, la protagonista de Amores perros o La caja 507 aclara que no ha necesitado hacer de madre en el cine para saber que desea tener un hijo. «Lo de la maternidad lo tengo clarísimo», asegura sin titubeos. «Quiero ser madre y no me siento mayor para realizar ese sueño», dice a sus 43 años. «Pero también es verdad que nunca he sido tan consciente como ahora de que existe un tiempo límite. Por eso, cuando llegue será bienvenido. Y ojalá ocurra pronto». Goya admite que la reciente maternidad de su íntima amiga Penélope (con cuyo hijo, Leo, ejerce de tía), y el embarazo de su también amiga Mónica Cruz, le han «contagiado». «Pero yo siempre he tenido un instinto maternal muy despierto puntualiza, desde pequeñita. De niña era muy de jugar con mis muñecas. Y cada día, al salir del cole, les tenía que dar el biberón antes incluso de comer yo».
Navidades playeras
Gregoria Micaela Toledo Machín, nombre completo de Goya Toledo, también ha sido siempre muy discreta para sus relaciones sentimentales, de ahí que no desee desvelar si en este momento tiene o no pareja. Su última relación conocida (y sonada) fue con el atractivo actor francés Olivier Martinez, actualmente emparejado con Halle Berry. «Solo digo que ahora mismo tengo la situación perfecta para mí, la que siempre he deseado. Y ahí lo dejo», apunta la actriz enigmática.
Nacida en Arrecife (Lanzarote) y criada en Las Palmas, Toledo guarda en su memoria unos recuerdos de navidad muy «playeros». Y hoy es el día en que no perdona una Nochebuena lejos de su tierra, junto a su familia, que son cinco hermanos contándole a ella. «De pequeña mi madre nos llevaba a la plaza de San Telmo, en Las Palmas, con regalos que entregábamos a Papa Noel o a los Reyes Magos para que los repartieran entre los niños que no iban a tener juguetes ese año. Hacíamos una cola larguísima, pero merecía la pena».
Algún proyecto de cine, del que prefiere no adelantar nada «hasta enero o febrero», podría esperar a Goya al doblar la esquina del nuevo año. Tal vez otro papel de sufridora... «Que me encantan reconoce, pero también estaría bien un poco de comedia, porque yo en la vida tengo las dos cosas, me voy de un lado a otro, soy sufridora y también payasa. Y cuando digo payasa no hablo de tener sentido del humor, sino de ser gamberra». Cuesta creerlo en esta estilizada mujer que empezó trabajando de modelo pero que siempre ha aparentado ser tímida. «Es que también lo soy asegura. Puedo ser muy tímida y reservada con la gente que no conozco. Solo me muestro payasa con mi familia y amigos. Ahí sí, me suelto la melena».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.