Alcoi ejecuta solo el 35% de la inversión para accesibilidad en sus edificios públicos

La puerta principal del Ayuntamiento de Alcoi mantiene un escalón dotado de rebajes, y que a finales del siglo XIX (de cuando data la construcción de la casa consistorial) debía facilitar la entrada de carruajes. Esta estampa ilustra una de las muchas dificultades que las personas con movilidad reducida deben afrontar para acceder a algunos edificios públicos de Alcoi. De hecho, el gobierno local solo ha acometido poco más de un tercio (el 35,4 %) de las inversiones previstas para estas instalaciones en los cinco primeros años de aplicación de su Plan Integral de Accesibilidad.

La casa consistorial es solo un ejemplo, pero hay otros, como el antiguo edificio de la calle Pintor Casanova que alberga departamentos municipales como educación, sanidad, vivienda o participación ciudadana. Ausencia de rampas, departamentos repartidos por diferentes plantas sin ascensor, o la falta de señalización exterior que indique los servicios que acoge el inmueble son algunas de las trabas que presenta el edificio. “Los técnicos municipales no pisan la calle al igual que lo hace el usuario con movilidad reducida”, asegura Pep Fuster, portavoz de la Asociación de personas con diversidad funcional de Alcoi ‘Avanzar’.

Desde esta asociación recuerdan la presión que se tuvieron que ejercer sus miembros para que el actual Plan de Accesibilidad adquiriera la consideración de ‘integral’, y es que antes de 2019 los planes municipales para la eliminación de barreras arquitectónicas solamente contemplaban actuaciones en 121 calles (viales principales y secundarias). Con los cambios en el Plan se amplió el ámbito de actuación hasta las 320 calles, la práctica totalidad de la ciudad.

Si bien es cierto que en el apartado de vía pública el Plan ha cumplido en su primera fase con prácticamente todas las inversiones previstas (algo más de 3,1 millones de euros), en el de edificios públicos la inversión ha sido de 648.000 euros, bastante lejos de los 1,8 millones contemplados inicialmente.

Desde Avanzar piden que se ponga en marcha una comisión de accesibilidad, donde los usuarios con diversidad funcional gocen de mayor participación para definir la prioridad de las actuaciones a ejecutar. "La accesibilidad no es una foto fija. Es una materia viva que diariamente va generando nuevas necesidades", afirma Fuster.

Entre las actuaciones que solicitan al Ayuntamiento se encuentra por ejemplo la creación de itinerarios accesibles para viandantes con los que conectar puntos de interés. Entre ellos proponen uno que discurra entre la calle Santa Rosa (una de las arterias de la ciudad) y el centro de salud de la Fábrica.

Remarcan también desde Avanzar que dos espacios públicos de cultura como son el IVAM CADA y la llotja de Sant Jordi no cumplen muchos criterios de accesibilidad. En el caso de este último, y al tratarse de un espacio subterráneo, solicitan que en las escaleras de acceso principal se indique la ubicación del ascensor mediante una clara señalización (la cual brilla por su ausencia). "Determinadas personas desisten en visitar las exposiciones por no saber la situación del ascensor", aseguran desde Avanzar.

Respecto al IVAM CADA, piden intervenciones en sus inmediaciones (como la habilitación de una entrada por la calle Diego Fernández Montañés, o la incorporación de pasamanos en las escaleras de la entrada principal).

Ante las acusaciones de falta de participación ciudadana, la concejala de esta área, Teresa Sanjuán, remarca que regularmente se convocan reuniones de seguimiento del Plan de Accesibilidad, donde están presentes los miembros de Avanzar y de otros colectivos locales. El último de estos encuentros tuvo lugar a principios de este mes, donde los colectivos presentaron sus aportaciones al Plan.

Sanjuán reconoce que todas estas propuestas serán estudiadas por los técnicos, aunque incide en las limitaciones presupuestarias, que prevén solamente una partida anual de 500.000 euros para obras de accesibilidad. Otros de los condicionantes es la prioridad establecida por el propio Plan, con un código donde las calles se identifican en rojo (no accesibles), amarillo (accesibles practicables), y verde (accesible). "Estudiamos todas las propuestas, y en función de nuestras posibilidades y de la urgencia del Plan las vamos ejecutando", afirma la edil.

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