J. Segura
Alcoy
Lunes, 26 de julio 2021, 22:15
La reducción de la contaminación es una de las prioridades en muchas de las ciudades a nivel global. En el caso de Alcoy, el gobierno municipal ya implantó un modelo de peatonalización en el casco antiguo de la ciudad que ha ayudado a reducir el nivel de CO2 en los últimos meses, sin embargo, desde el Ayuntamiento quieren ir más allá e implantar una zona de bajas emisiones a través de diferentes proyectos que buscan ser subvencionados con hasta 2,7 millones de euros procedentes de fondos europeos, alrededor de 45 euros por habitante.
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El edil de Movilidad Sostenible, Jordi Martínez, afirmó que el objetivo es apostar de manera “decidida” por hacer un plan integral para el barrio a lo que se le suman unas zonas “que a partir de ahora serán obligatorias en ciudades de más de 50.000 habitantes”. Los Proyectos Estratégicos de Recuperación y Transformación Económica (PERTE) son los encargados de ofrecer la ayuda y alinear a la capital de l'Alcoià con las normativas y tendencias europeas.
A principios de julio Martínez anticipó que a lo largo del mes se llevarán a cabo la presentación de los planes, un borrador que recoge varias acciones que deben estar en una fase de desarrollo avanzada o incluso estar ya llevándose a cabo, como es el caso de otras ciudades que también optan a esta iniciativa. Gracias a estas ayudas, el importe puede emplearse en la adquisición, inversión en obra o tecnología.
Desde el consistorio han optado por cinco puntos, uno de los cuales pasa por la compra de autobuses eléctricos que permitan renovar la flota de transporte público. Aunque por el momento, estos nuevos vehículos estarían disponibles durante los servicios de los fines de semana, cuando baja la cifra de usuarios.
Por otra parte, la sensorización completa del casco antiguo permitiría ampliar el número de dispositivos que midan la calidad del aire, "aunque también estamos estudiando que haya sensores de sonido", especialmente por lo que respecta al tráfico, remarcó el edil, lo que podría ir en consonancia con la redacción de una ordenanza municipal que regule la contaminación acústica. Todo esto relacionando los datos con la Smart City y haciendo pública la información para los ciudadanos.
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Entre los proyectos también se encuentra un sistema de control de las cargas y descargas, la construcción de aparcamientos disuasorios, como el que se efectuará en La Riba, además de un carril bici o las obras de la calle Sant Francesc, ya efectuadas y que permiten ganar espacio para el peatón.
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