Alcoy estudia poner límites al acceso de vehículos al paraje natural de la Font Roja

Esta situación supone un peligro en caso de necesitar desalojar la zona ante un incendio o cualquier otra emergencia. El director del paraje protegido, Salvador Palop, explicó que se trata de «una cuestión de seguridad porque hay 70 plazas y llegan 200 coches».

Desde el Ayuntamiento, el concejal de Transición Ecológica, Jordi Silvestre, planteó limitar el acceso en determinados momentos del año «como Semana Santa, el otoño o los fines de semana». Para llevar a cabo el control de los vehículos se instalará una cámara con lector de matrículas que permita saber cuántos vehículos acceden, además de controlar el aforo en todo momento.

Junto a las cámaras se pondrán unas barreras que en caso de superarse el aforo permitirán cortar el paso. Actualmente ya existen unas barreras, aunque Silvestre afirma «que no están funcionando con este fin». El concejal desconoce el presupuesto de esta inversión, dado que están «a la espera de ver cómo llega la luz» hasta el punto de la instalación y no puede detallar el coste.

No obstante, desde el área de Parques Naturales asumirán el importe de estos obstáculos que servirán para restringir el acceso. Este control de aforo se instalará en la carretera que da acceso a la Font Roja desde Alcoy y para ello «se necesita la coordinación con la dirección del parque, conselleria y Guardia Civil», afirmó Silvestre.

Por su parte, para facilitar el acceso a la zona, el Ayuntamiento estudia implantar una línea de autobús que transporte a los visitantes desde la zona del polideportivo Francisco Laporta hasta el punto de partida de las rutas y así ofrecer una alternativa a quien no quiera ir andando. Según la previsión del edil responsable del área, estas modificaciones estarán listas «a lo mejor, antes de que arribe la temporada estival».

El director del paraje comentó que «hay que concienciar a la gente» porque la Font Roja «no es un parque de atracciones» y la zona protegida «tiene un aforo y ya se está superando». Según Palop, aunque los visitantes sean respetuosos con el medio ambiente, su paso por la montaña tiene un efecto que puede ser irreversible.