La matraca volverá a la Parroquia de San Juan Bautista cuando finalice su puesta a punto. Campaners del Comtat

El campanario de Muro rescata del olvido el sonido de su matraca

La pieza está siendo restaurada para que vuelva a repicar esta próxima Semana Santa

P.S.

Alcoi

Miércoles, 23 de febrero 2022

Nadie en la localidad de Muro recuerda cómo suena la matraca de la Parroquia de San Juan Bautista. Pensada originalmente para hacerse repicar en los ... días centrales de la Semana Santa, el único uso que ha tenido en las últimas décadas ha sido el de punto de nidificación para palomas. Con tal de rescatar su sonido del ostracismo, la asociación Campaners del Comtat está encargándose de restaurar esta singular pieza de madera. Su idea es que a partir del próximo mes de abril pueda volver a sonar anualmente.

Publicidad

“Puede que la gente se asuste cuando la oiga repicar, y es que nadie identificará su sonido”. Así lo asegura Josep Jordà, presidente de la asociación de campaneros, y desde la cual no han encontrado a persona alguna que fuera testigo del último volteo de la matraca. Esta pieza de madera en forma de cruz era usada tradicionalmente entre el jueves y el sábado santo con tal de convocar al culto a los feligreses.

De esta manera substituía el tañido habitual de las campanas, que debían permanecer en silencio durante los días centrales de Semana Santa en señal de duelo por la muerte de Jesucristo. La pretensión de Campaners del Comtat es que la matraca vuelva a recuperar su función original en el campanario de Muro, una tradición que en localidades como Albaida y Ontinyent se mantiene hasta el día de hoy. Será un propio miembro de esta asociación, carpintero de profesión, quien se encargue de la restauración.

El instrumento está formado por dos grandes tablones de madera entrecruzados, de cuyos ángulos cuelgan doce mazas. Mediante una especie de cigüeñal (que actúa a modo de manivela) se hace girar la matraca, que produce un ruido fuerte y seco al percutir la maza contra la madera. En algunos pueblos este sonido también se reproducía en las calles mediante tablones de madera o carracas de mano. Tal y como cuenta Josep, “el objetivo era trasmitir a los vecinos la necesidad de recogimiento con ocasión de la festividad santa, convocándoles así para los actos religiosos sin recurrir a las campanas”.

Publicidad

Origen incierto

La falta de testimonios orales e inscripciones en la pieza impiden que se pueda datar su origen. El presidente de la ‘colla’ de campaneros cree que su génesis se puede remontar a 1940, década en que están fechados los bronces del campanario murero. Jordà recuerda que la práctica totalidad de las campanas de Muro son posteriores a la Guerra Civil, ya que durante la contienda se fundía su bronce con fines armamentísticos. “Eso nos hace pensar que la matraca también es originaria de esa fecha, aunque no tenemos ninguna certeza. Lo que es seguro es que no tiene más de dos siglos”.

También es probable que la de Muro sea una de las pocas matracas de campanario que se conserven en El Comtat. La asociación de campaneros solo tiene constancia de otra matraca en la comarca, la que se encuentra en la iglesia de Turballos (una pequeña pedanía de Muro). Paralelamente, también se exhiben otras matracas de mano en el museo parroquial de Beniarrés.

Publicidad

En Muro ya se conserva otra matraca de campanario, concretamente en su pedanía de Turballos.

La pérdida en el uso de estas matracas ha hecho que las pocas que se conservan se hagan voltear a mano, es decir, sin el automatismo a motor tan frecuente en las campanas. Cabe decir que la principal vocación de esta ‘colla’ de El Comtat es poner en valor y preservar los toques manuales, recuperando así un oficio que la tecnología ha puesto en peligro de extinción.

Entre su actividad más frecuente, los miembros de la asociación convocan muestras de toques manuales en diferentes municipios de l’Alcoià y El Comtat, además de asesorar en materia de restauración de campanas. Mediante uno de sus proyectos van a grabar un audiovisual con el que entrevistarán a los últimos campaneros que quedan en la comarca. Pueblos como Benimassot, Beniarrés, Benasau y Fageca son de los pocos en que la tradición manual se mantiene. Tal y como afirma Josep, “para preservar el volteo manual es imprescindible que podamos registrar el sonido y el movimiento, ya que se trata de un patrimonio inmaterial muy frágil”.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad