El Campus de la UPV y la Escuela de Diseño impulsan el mercado del alquiler en Alcoy

La sede de la Escuela de Arte y Superior de Diseño (EASD) y el Campus de la Universidad Politécnica de Valencia en el centro de Alcoy, con cerca de 2.200 alumnos, ha hecho que el casco histórico se haya convertido en el lugar elegido para residir los estudiantes. De hecho, son muchos los dueños de viviendas que han decidido reformarlas para atender a esta demanda de pisos de alquiler destinada a universitarios venidos de todos los puntos de España, pues el 80% de los alumnos son foráneos.

Ante la petición de los jóvenes por residir cerca de su centro de estudios, la oferta de viviendas también baraja un amplio catálogo de opciones. Los inmuebles se caracterizan por contar con muchas décadas a sus espaldas, aunque hay quien ha decidido renovarse para ofrecer a los jóvenes estudios reformados. No obstante, los precios también varían y así lo confirma Andrea Quiroa, estudiante de Ingeniería que afirma que "existe una gran diferencia entre inmuebles nuevos y viejos". Es más, concreta que los precios por habitación "oscilan entre los 120 y 150 euros al mes".

Paula Bataller, propietaria de una vivienda que ha decidido alquilarla exclusivamente a estudiantes incide en que el campus universitario ha abierto un nuevo mercado inmobiliario en Alcoy y afirma que estos ofrecen más seguridad porque "los estudiantes tienen becas y el aval de los padres", añade Bataller. Además, remarca que ha tenido buena experiencia con los estudiantes y por eso este próximo curso continuará ofreciendo su casa a los jóvenes que estudian en Alcoy.

Como Paula otros dueños de inmuebles en el centro de la ciudad insisten en que, tras los meses duros de la pandemia, parece que el alquiler entre estudiantes ha despegado, aunque reconocen que hay mucho que mejorar en la zona.

Así como comenta Diana Miculeci, estudiante de Ingeniería de Diseño Industrial de Valencia, desde hace un tiempo "el barrio ha perdido vida, el cierre de algunos negocios y los inmuebles que permanecen cerrados han facilitado la llegada de personas conflictivas". Sin embargo, reconoce que la actualización urbanística del centro, y el sistema de cámaras, han aportado seguridad a las calles.

Miculeci, que es vecina de la zona desde hace tres años, insiste en las mejoras que hay que llevar a cabo en las calles y casas de este barrio que "se caracterizan por ser estrechas y con poca luminosidad".