Inspección de trabajo en uno de los locales de los detenidos. LP

Dos detenidos en Banyeres por explotar a nueve repartidores que no tenían carnet

Las víctimas se encontraban en situación irregular y trabajaban para tres negocios en Banyeres de Mariola, Castalla y Sax

Redacción.

Alcoy

Jueves, 27 de mayo 2021, 22:01

La Policía Nacional ha detenido a dos hombres de nacionalidad pakistaní por un delito contra los derechos de los nueve repartidores que se encontraban en situación irregular. Según la Comisaría Provincial, los trabajadores repartían en tres negocios que se encontraban en Banyeres de Mariola, Castalla y Sax y no poseían carnet de conducir. Además, también manipulaban alimentos sin ninguna acreditación para ello.

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Los repartidores trabajaban con contratos que no estaban en vigor. Los detenidos les quitaron la documentación a las víctimas y les prometieron regularizar su situación en el país, aprovechándose así de su situación de necesidad, según apuntan desde la Policía Nacional.

La operación ha sido llevada conjuntamente con las Brigadas de Extranjería y Fronteras de las Comisarías Locales de Elda y Alcoy, la Unidad de Policía Nacional adscrita a la Comunitat Valenciana y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

La situación de los trabajadores fue descubierta cuando uno de ellos tuvo un accidente con la motocicleta de reparto en Banyeres y desveló que se encontraba en situación irregular en España, pero que trabajaba de manera ilegal desde mediados del año pasado. Según cuenta la Policía Nacional, en cuanto tuvo oportunidad se puso en contacto con su jefe, el cual se desentendió de esta situación y manifestó que apenas conocía al herido y que no era problema suyo.

Al verse desamparado, relató a los agentes el calvario que había vivido desde que comenzó a trabajar para dicha empresa. Denunció que al principio no recibía dinero alguno, trabajaba a cambio de la promesa de regularizar su situación, de alimento y de alojamiento, pero que un momento dado, su jefe tuvo miedo por ser descubierto y le echó de su casa, quedándose con su documentación.

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Desde entonces, vivía en la calle y recibía la cuantía de 400 euros por turnos de trabajo de 12 horas diarias en condiciones de explotación laboral. Debido a que vivía en la calle, tenía las manos inflamadas por el frío que pasaba y sufría heridas en las mismas, pero aún así continuaba trabajando y manipulando alimentos sin tener ningún tipo de curso o carnet que lo permitiera. De igual manera, su jefe era conocedor de la falta de carnet alguno de conducción, diciéndole que no importaba, que si ocurría algo él se haría cargo.

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