Forn del Vidre, la calle de Alcoi donde el agua se estanca

Todas las ciudades tienen rincones perdidos; recovecos que el tiempo ha hecho olvidar salvo a quienes allí viven. Los centros históricos suelen concentrar parte de esos lugares, condenados muchas veces al ostracismo si no cuentan con el respaldo de la administración local.

Alcoi no es ajeno a esta realidad. Su núcleo antiguo vive anclado en el permanente debate al respecto de su conservación, y de todas sus calles, pocas más maltrechas que las que conforman el Partidor. Esta humilde barriada tiene un importante valor simbólico para la ciudad, ya que de ella parte el acto central de los Moros y cristianos. De allí también partía el agua potable a las viviendas de Alcoi a través de un depósito que se construyó en la segunda mitad del siglo XIX.

El agua que dio vida y nombre al barrio del Partidor se ha acabado convirtiendo en un quebradero de cabeza para algunos de sus vecinos. Las viviendas ubicadas en los números 12, 14 y 16 de la calle Forn del Vidre denuncian una situación que se viene arrastrando desde hace años, y que tiene que ver con la prestación de servicios esenciales. Hablan de falta de frecuencia en la limpieza viaria, acumulación de agua de lluvia debido a la ausencia de imbornales, así como a otras deficiencias que prefieren no revelar.

La situación de excepcionalidad que vive este tramo de vial responde fundamentalmente a la caprichosa trama urbana de Alcoi. Las tres viviendas se encuentran pasando un recodo del trazado principal de la calle Forn del Vidre, un tramo que además tiene solución de continuidad. Es lo que popularmente conoceríamos como un callejón sin salida. Se da la circunstancia de que ese tramo tiene una ligera inclinación descendiente, y que en él no hay ni un solo desaguadero. Dos elementos que en este 'cul-de-sac' urbano constituyen la tormenta perfecta, especialmente para los vecinos del número 16, el último de la calle.

La joven pareja que habita esta casa ha notificado por activa y por pasiva al Consistorio la problemática que sufren. Han presentado diversas instancias en el registro municipal e incluso han interpelado directamente a los concejales en diversas reuniones vecinales. Intentos que hasta el momento han resultado ser infructíferos.

Con los recientes episodios de lluvias torrenciales sufridos en la Comunitat, no cuesta mucho imaginar el elevado volumen de agua que se ha debido acumular en la calle. “En ocasiones he necesitado botas de agua para llegar a mi casa”, señala uno de los inquilinos del número 16.

La única salida que encuentra el agua de lluvia es el resquicio que hay bajo una puerta instalada al final del callejón. A través de ella se accede a los terrenos de la Riba, una parcela que el Ayuntamiento ha adquirido recientemente para habilitar una zona de estacionamiento de vehículos. Sin embargo, este improvisado imbornal suele quedar obstruido en otoño, momento en que caen las hojas de un árbol cercano y estas impiden el paso del agua.

A pesar del doble tabique con el que está construida, los desconchones y las humedades empiezan a ser visibles en el interior de la vivienda, unos desperfectos que amenazan con ir a más debido a la acumulación de agua. Los propietarios expusieron su demanda ante un integrante del gobierno municipal hace unos años, el cual les dijo que la impermeabilización del inmueble les correspondía a ellos. “Si la calle tuviera un sistema de desagüe no necesitaría reforzar la impermeabilización de mi casa”, denuncia la vecina afectada.

Otro de los temores que tienen los propietarios es que el incontrolado avance del agua de lluvia pueda afectar a los cimientos de su casa, y es que no solo la trama urbana es caprichosa en Alcoi, también lo es su orografía. Como otras muchas en la ciudad, las viviendas del 12 al 16 de Forn del Vidre se asientan en los límites de una ladera.

Tras las lluvias de los últimos meses, han visto como el agua mal canalizada iba haciendo mella en la pared de tierra y roca que hay junto a los edificios. Una parte de estos desprendimientos acabaron cayendo sobre los propios terrenos de labranza que los propietarios tienen bajo su casa. En vistas a la futura área de aparcamiento que proyecta el Consistorio en la Riba, al borde de la ladera, los vecinos temen que las obras y la constante circulación de vehículos pueda desestabilizar todavía más la zona.

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