Industriales de l'Alcoià demandan mano de obra cualificada para cubrir el relevo generacional

Hay puestos de trabajo, pero faltan personas cualificadas para ocuparlos. Esta es la realidad con la que se encuentran muchos empresarios de l'Alcoià, quienes lamentan la «falta de interés» que despierta la Formación Profesional de tipo técnico entre los jóvenes de la comarca.

“Nos encontramos ante un relevo generacional dentro de nuestras industrias que no podemos cubrir. Mucha gente se jubila y ese conocimiento acaba perdiéndose”. Así lo expresa Héctor Torrente, director de la Asociación de empresarios de Ibi y Comarca IBIAE.

Esa falta de personal afecta tanto a las ofertas que no se cubren, como a las ampliaciones de proyectos que en ocasiones acaban por no materializarse. Las empresas se ven obligadas a recurrir a la promoción interna dentro de sus plantillas, aunque eso no impide que necesiten nuevas incorporaciones.

Torrente admite que hay suficiente variedad de ciclos formativos de carácter técnico en la comarca para cubrir las necesidades del mercado; el problema parece estar en el bajo nivel de matriculaciones. “No estamos consiguiendo que la formación enfocada a la empleabilidad sea atractiva. Sería necesario que padres, educadores y orientadores en general consiguieran impulsar esa reflexión entre los jóvenes”.

La situación afecta especialmente al grado intermedio del escalafón productivo; a puestos como el de técnico superior, jefe de turno o de planta… “Operarios básicos sin cualificación se encuentran; así como gente para departamentos de dirección, que suelen ser universitarios. Lo que nos faltan son técnicos medios”.

Esta carencia afecta a la industria comarcal en general, desde puestos de soldador a técnicos de inyección. Según Torrente, se trata de una situación “dramática”, que “hace peligrar” la industria de la comarca.

Una de las razones que explica esta coyuntura es el desarrollo tecnológico que se ha dado en el sector industrial. Se requieren profesionales capaces de manejar máquinas que están sometidos a constantes avances tecnológicos. “Por muy 4.0 que sea nuestra industria, las personas son esenciales. Sin ellas, estamos perdiendo muchas oportunidades.

Esa situación contrasta con la que se vivía hace décadas, cuando los movimientos migratorios permitían hacer frente a las necesidades del mercado laboral. “Hace 30 años cualquier persona podía venir a trabajar de fuera sin ningún tipo de formación. Pero ahora, con el alto grado de desarrollo de las tecnologías, se necesita que el trabajador mantenga ciertos niveles de calidad y conocimiento”.

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