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Benimassot
Miércoles, 27 de julio 2022, 22:59
Un mes encima de la bicicleta. Cerca de 2.500 km y cuatro países recorridos. Ese es el balance del viaje con el que el joven benimassoter Adrià Cano está a punto de poner fin a un lustro de vida en Holanda. El pasado 1 de julio partió de Utrecht dirección a su localidad natal (ubicada en el corazón de la comarca del Comtat) no sin algunas dudas iniciales. «No había probado nunca antes una experiencia similar, y al principio me daba un poco de respeto, así que dudé».
Esas reticencias se disiparon rápidamente cuando le planteó su iniciativa a un amigo fagequí con el que también vivía en Holanda. Ambos trabajaban juntos en Utrecht arreglando bicis, una de las pasiones que comparten.
Una vez tomada la decisión, Cano empacó sus enseres dentro de unas alforjas fijadas a su montura y partió rumbo a su Benimassot natal. A lo largo de julio ha cruzado Holanda, Bélgica, Francia y España. Una media de 100 km diarios que le ha llevado a superar los 2.300 que se planteó inicialmente.
La experiencia más grata la ha tenido cruzando los primeros dos países, “mucho mejor comunicados en cuanto a carriles bicis” recuerda él mismo. Por el país galo, la sensación ha sido ligeramente diferente: “En las zonas rurales he circulado muy cómodamente, pero no así en ciudades como Lyon o País; allí todo es muy caótico”.
A excepción de las primeras etapas por Holanda, en las que estuvo acompañado por amigos, Cano ha afrontado el viaje en solitario. Al menos en teoría, puesto que ha tenido oportunidad de compartir algunos tramos con otros amantes de la bicicleta como él.
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Con especial apego recuerda su paso por los Pirineos, donde conoció a una pareja de catalanes que le invitaron a pasar la noche a cubierto. El resto las ha pasado en campings junto a su tienda de campaña. “Me planteé inicialmente hacer acampada libre, pero descarté la idea. Además, después de pedalear 100 kilómetros diarios es de agradecer pegarse una ducha”.
A escasos días de llegar a su pueblo, el benimassoter ya anticipa algún acto de bienvenida por parte de sus vecinos. “No me han dicho nada, pero me huelo que algo habrán preparado”. Tras unas merecidas vacaciones, su próximo destino será Italia, donde tiene pensado cursar un máster. Falta por saber si optará por ir en avión, o se volverá a decantar por la bicicleta.
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