La mitad de las urbanizaciones de Alcoi carece de plan de protección contra incendios forestales

El símil no podría ser más gráfico: una «ratonera». A eso pueden quedar reducidas muchas urbanizaciones, según los expertos, en caso de no adoptar las necesarias medidas de prevención contra el fuego. Por ley, estos asentamientos rurales deben tener un plan de autoprotección contra incendios forestales. Y el prefijo 'auto' no es baladí, puesto que son los propietarios los que deben encargar su elaboración.

En Alcoi, la mitad de sus urbanizaciones carece de esta figura de protección; concretamente las del Baradello y el Estepar. Sus vecinos ya han encargado la elaboración de sendos planes, pero lo cierto es que lo hacen tarde, pues la legislación les obliga a ello desde hace años. En el caso del Estepar, son aproximadamente un centenar las parcelas existentes (aunque menos de la mitad están habitadas todo el año). El resto se utilizan como segunda residencia.

Esto supone que muchos vecinos no controlen con regularidad el crecimiento de la vegetación en sus terrenos. De hecho, esa es una de las principales tareas que deben acometer para impedir la propagación de un posible fuego: evitar una alta concentración de vegetación junto a sus casas. Desde la asociación de vecinos del Estepar, su presidente, Pablo Díaz reconoce ser "plenamente consciente de esta problemática" y remarca el esfuerzo que se hace desde la entidad vecinal para que todos los propietarios mantengan limpias sus parcelas.

«No nos cansamos de decir a los propietarios que corten los pinos que están en contacto con sus inmuebles; pero no todos hacen caso», reconoce Jordi Gutiérrez, presidente de la Agrupación Contra Incendios Forestales (ACIF) de Alcoi. En caso de fuego, y si están cerca de un inmueble, la radiación que emana de estos árboles es tan alta que el fuego se puede propagar fácilmente al interior de la vivienda.

Gutiérrez lamenta que la administración pública no tenga competencia directa sobre el interior de estos terrenos, ya que la responsabilidad última recae en los propietarios. «Se hace mucha presión desde el Ayuntamiento; y desde ACIF hemos realizado numerosas campañas de concienciación. Pero aún así…». Esa falta de mantenimiento puede condicionar enormemente la lucha contra el fuego, puesto que las personas y los bienes materiales tienen orden de prioridad respecto a la masa forestal. «Por ley, los bomberos tienen que priorizar la defensa de las personas. Desafortunadamente, no hay una dotación para cada chalet».

El presidente de ACIF asegura que en otros países la situación es muy diferente. «En Estados Unidos, cuando hay un incendio, se determinan las viviendas que son defendibles y las que no lo son. Allí los bomberos no van a desperdiciar recursos con una casa que no ha hecho los deberes».

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