El museo arqueológico de Alcoy restaura una jarra de 7.000 años

La pieza destaca por dos características, por una parte su integridad, que “no es muy común en las excavaciones arqueológicas”, mientras que por otra, su decoración ha permitido situarlo en el neolítico antiguo, explica Torregrosa. El vaso está decorado con impresiones cardiales, aunque su importancia reside en la figura humana con los brazos levantados y manos de cinco dedos, “como si estuviera orando”. La representación, similar a las pinturas de la Sarga, permitió situarlas cronológicamente, pues es una labor compleja “porque no hay material alrededor que ayude a averiguarlo”.

La distancia que separa ambos puntos, entre Beniarrés y Alcoy, supera los 30 km con las infraestructuras actuales, sin embargo, la directora aclara que las comunidades de la época vivían en territorios muy amplios y tenían relaciones, “como hoy en día”. Las interacciones consistían en intercambiar objetos, conocimientos e incluso personas, especialmente cuando los grupos eran reducidos, “no hay que pensar que estaban lejos y que por ser del neolítico no se movían del lugar donde vivían”.

Ahora, siguiendo las recomendaciones de la restauradora, Trinidad Pasíes, que ha llevado a cabo los trabajos del ‘vas de l’Orant’, la pieza disminuirá sus viajes a otros museos. En los últimos años la han solicitado “muchos museos alrededor de España”, asevera Torregrosa, quien añade que cada vez que se envía, el proceso de embalaje junto con las vibraciones del trayecto hasta el destino o las variaciones de temperatura y humedad afectan a la integridad de la pieza, es por este motivo por el que se ha establecido un nuevo plan de conservación en el que el vaso no salga tanto como lo ha estado haciendo en los últimos años, “vamos a intentar que se quede en Alcoy temporadas un poco más largas”.