Un pintor decora sin permiso una ermita protegida en la sierra de Alcoi
A pesar de que el Ayuntamiento le prohibió hacerlo, el autor asegura que «la inspiración era más fuerte». Ahora se expone a una sanción
Pau Sellés
Alcoi
Lunes, 21 de marzo 2022
La obra de Jesús Cees en la ermita alcoyana de Sant Cristòfol guarda ciertas similitudes con la célebre 'restauración' del Ecce Homo de Borja. En ... ambos casos hablamos de una intervención pictórica en un lugar de culto, realizada sin permiso de las autoridades, y cuyo resultado despierta opiniones encontradas.
En 2020, la pequeña ermita ubicada en la Serra de Mariola amaneció, como quien dice, de un día para otro, con su interior notablemente alterado. El blanco de antaño había dejado paso a un mural muy colorista, con elementos naturalistas y con cierto grado de abstracción. El pintor alcoyano Jesús Cees fue el responsable de la obra, y lo hizo con un resultado que no deja indiferentes a los numerosos excursionistas que suben a la ermita.
A quien tampoco ha dejado indiferente este particular fresco es al Ayuntamiento de Alcoi, propietario de la ermita, y que ha abierto un expediente de investigación para determinar si debe o no sancionar al autor de la obra. Desde el gobierno local lo consideran un «atentado contra el patrimonio», puesto que la edificación cuenta con la calificación de Bien de Relevancia Local (BRL), y, por tanto, está protegida por la ley del Patrimonio Cultural Valenciano.

El propio pintor reconoce que antes de acometer la actuación presentó el proyecto de ejecución al consistorio para pedirles colaboración. No solo le negaron la ayuda, sino que le prohibieron explícitamente que pintara sobre la ermita. «Me dijeron que ni se me ocurriera tocarla. Pero nada, la inspiración era más fuerte», afirma Cees.
La práctica totalidad de la obra se fraguó durante el verano de 2020. En aquel momento, su idea inicial era restaurar solamente el fresco que ya había pintado años antes en el interior de la ermita. Esa primera pintura (que aún se conserva) era un retrato del santo que da nombre al lugar. «Con el tiempo había ido perdiendo color, por eso aproveché los primeros meses de pandemia para subir a repasarla. Luego entré hacia dentro de la ermita y al verlo todo tan blanco me decidí a pintar el conjunto».
Se rompió las muñecas mientras pintaba
El proceso creativo duró unos cuatro meses, hasta el momento en que sufrió un percance que le hizo interrumpir su trabajo. Fue mientras pintaba el techo de la ermita; cayó de la escalera desde la cual trabajaba y se fracturó ambas muñecas. «Tendría que haber usado un andamio» reconoce el propio Cees.
Después del percance tuvo que ser rescatado en helicóptero, y es que la ermita se encuentra en una zona montañosa de complicado acceso. Este contratiempo hizo que dos segmentos del techo se quedaran sin decorar. «Mi intención es acabar de pintar toda la ermita, ya sea este verano o el siguiente. Me gustaría que el Ayuntamiento me cediera un andamio, pero no creo que lo haga».
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El consistorio no está por la labor de permitir que Cees acabe su obra. La intención del ejecutivo local es devolver la apariencia original a la ermita, así como determinar las responsabilidades legales que se podrían derivar de este episodio. Según la ley del Patrimonio Cultural Valenciano, las sanciones por atentar contra bienes protegidos varían desde el cuádruplo del valor del daño causado, hasta multas que pueden llegar a 1'3 millones de euros.
Restauración popular
La ermita de Sant Cristòfol se encuentra erigida a 900 m de altura, en plena Sierra de Mariola. Su ubicación la convierte en un punto habitual para los senderistas de la zona, puesto que desde ella se aprecia una de las mejores vistas panorámicas de Alcoi. Se tienen referencias de ella desde al menos el siglo XIV, y con el paso del tiempo ha dejado de ser lugar de culto religioso para ser punto de peregrinación de excursionistas. En la década de los 90 del siglo pasado fueron un grupo de jubilados quienes restauraron la ermita con sus limitados recursos y posibilidades.
A pocos metros de la infraestructura destaca una imponente cruz de hierro, instalada en 1960 a modo de recambio de otra similar que fue derribada décadas atrás. En 2017 el consistorio alcoyano actuó por última vez en la zona, reparando los problemas de filtraciones de agua en el interior de la ermita, así como en los muros exteriores y los muretes del perímetro.
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