J. Segura
Cocentaina
Lunes, 12 de julio 2021
Los almendros siguen padeciendo mermas en su producción. Uno de los frutos más rentables de la comarca del Comtat prevé una reducción en la cosecha de este año, según apuntan los agricultores. La situación de la almendra arrastra desde hace tiempo graves problemas, ... primero fue el caso de la Xylella, que cuatro años después del primer foco sigue afectando tanto a la capacidad del árbol para producir como a las consecuencias de evitar que no se expanda la enfermedad, arrancando árboles que también están sanos. A esto se le suma la meteorología durante la primavera, una secuencia de lluvias que humedeció la tierra sin dejar una tregua para que llegara a secarse, creando además, un clima idóneo para la proliferación de hongos.
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Esta situación conlleva un seguimiento más exhaustivo del tratamiento fitosanitario, aunque el único fin es reducir el impacto, que ataca a las hojas, pues es una tarea compleja y difícil de erradicar, especialmente "cuando llueve continuamente y la tierra no llega a secarse", afirmó Manuel Ortolà, un agricultor que se vio afectado por la situación.
Ortolà depende principalmente de la almendra para vivir, por este motivo, lleva intentando adaptar los cultivos para hacerlos más rentables, por lo que está pasando su producción a una almendra ecológica, "necesitamos pasar unos tres años de transición" hasta que certifiquen el producto como tal.
Mientras tanto, el precio sigue siendo el normal, aunque "la producción es menor y los productos fitosanitarios son más caros y menos efectivos", aseguró el agricultor, quien añadió que "antes daban ayudas para hacer frente a los gastos hasta conseguir una producción ecológica, ahora ya no". A esta situación se le suma el pago al Comité de Agricultura Ecológica.
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Abel Giner es uno de los trabajadores del campo de la comarca, con 34 años ya se planteó dejar las almendras para buscar otro empleo, aunque por el momento opta por diversificar su producción "también tengo olivos y voy a plantar cerezos".
Los productores de almendra coinciden en la inestabilidad del producto, no hay patrones que permitan tomar como referencia el año anterior, pues la diferencia de kilos entre temporadas es sustancial.
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Giner aseguró que "un año muy bueno pueden ser 25.000 kilos, aunque este año haré unos 10.000". Para la zona hace años que encadenan descensos, aunque con el paso del tiempo se suelen incrementar. Ortolà lamentó que "hace tres años hice 37 toneladas, este año siete u ocho".
Con todo, ahora esperan la cotización de este año, aunque fijándose en los alrededor de tres euros a los que se cotizaba la almendra en 2020.
Desde 2017 la Xylella es el mal común de los agricultores. Según confesó Giner, la merma de la producción por el clima es algo pasajero, donde al año siguiente puede mejorar. Sin embargo, al arrancarles los árboles dejan de tener una producción, por mínima que sea.
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Ante esta situación, los agricultores entienden la falta de relevos generacionales que continúen en el campo
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