Vecinos de Alcoy salen a la calle en contra de la actual peatonalización del centro

Bajo el lema 'Por una peatonalización consensuada y con dignidad' los residentes recorrieron las calles de la zona que más tráfico reciben debido a la recirculación de los vehículos que antes pasaban por otras vías. Los ciudadanos afirmaron que no son contrarios a la nueva reordenación del territorio, aunque piden que se les escuche, especialmente por la gente mayor.

La concentración reunió tanto a residentes del centro como de otros barrios que denunciaron las restricciones al tráfico rodado, lo que dificulta a vecinos, comerciantes y transportistas el acceso a negocios y domicilios, especialmente la gente mayor, los principales habitantes del barrio.

La mayoría portaron pancartas en los que se podía leer: 'Peatonalización con sentido común' o carteles con palabras como 'Dignidad', 'Consenso' o 'Empatía'.

Ante esta nueva jornada de protesta, el edil de Movilidad, Jordi Martínez, afirmó que los manifestantes pueden expresar su opinión, sin embargo dejó claro que desde el Ayuntamiento "no tienen que dar un paso atrás", aunque aseguró que siempre hay cosas mejorables y trabajarán en ello.

Los vecinos, por el contrario, admitieron que la paciencia se les está agotando y han gastado en torno a 120 euros cada uno de los 50 demandantes en un abogado para interponer una demanda, que ya ha sido admitida a trámite, según afirmó Cristina Richart, otra de las vecinas que reclama el replanteamiento de las vías urbanas. Esta afectada admitió que han contratado un letrado de fuera de Alcoy porque muchos de los de la ciudad preferían no llevar el caso.

El proyecto de la peatonalización comenzó a llevarse a cabo junto con las restricciones de la pandemia. Otilia Satorre, otra residente en el barrio explicó que el ayuntamiento no ha escuchado a todas las voces, solamente aquellas afines a la idea que el consistorio tenía para la zona.

Según explicó, "soy miembro de la asociación de vecinos, pero no nos han escuchado a todos, solamente a los que se mostraban a favor" y añadió que "tal vez lo que necesitamos es que se sienten a explicarnos el porqué de algunas de las medidas".

Jordi Segura es la cuarta generación de encuadernadores en un negocio familiar y comentó que muchos clientes han dejado de acercarse a su tienda "porque les supone arriesgarse a una multa" debido a los permisos que necesitan para aparcar y cargar los libros. Ante esta situación, aseguró que prefiere ser él quien se acerque a los negocios de sus clientes para no perderlos y lamentó que las medidas para el centro no hayan comenzado por crear plazas de aparcamiento y rehabilitar algunos de los edificios abandonados que ofrezcan a los jóvenes viviendas asequibles para revivir el casco antiguo.