Borrar
Alberto Fabra y Mariano Rajoy, en un acto del año pasado.
Fabra encara las europeas como una gran reválida para las elecciones autonómicas

Fabra encara las europeas como una gran reválida para las elecciones autonómicas

La dirección regional intenta movilizar a todos los cuadros del partido para salvar los muebles, consciente de que Génova les vigila por si afecta a las generales

j. l. morales

Viernes, 9 de mayo 2014, 10:46

Ni la entrada de González Pons como número dos de candidatura del PP a las elecciones europeas, ni la de la oriolana, Eva Ortíz, en el puesto veinte de la lista, ha conseguido apaciguar a las familias populares ni aumentar su confianza en la dirección regional. Pero nadie se atreve a moverse hasta que acaben las elecciones europeas. Los populares mirarán el resultado del 25-M como un macrosondeo de lo que se avecina en los comicios autonómicos del próximo 2015.

Una debacle haría saltar las alarmas entre la junta directiva popular, puesto que un año es poco tiempo para dar un giro brusco, entienden, con el actual jefe del Consell, Alberto Fabra. Solo entonces intentarían asaltar el Palau de la Generalitat, aunque escaramuzas, en Valencia y Madrid, ya las ha habido.

Un destacado dirigente popular alicantino aseguraba a este diario que «es momento de estar todos unidos y de esperar que se tomen las decisiones oportunas», aunque reconoce la necesidad de «algún cambio» que sirva de revulsivo del partido. Sin embargo, descartó opciones de fuerza contra la actual dirección regional, salvo que tengan una clara señal de que la dirección nacional está por la labor.

La mayoría de diputados opta por el silencio. Esperan que sea el propio Mariano Rajoy, bien directamente o a través de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien les dé una señal de cambio. Al fin y al cabo, el presidente designará el candidato autonómico, al igual que ha hecho en las listas europeas, mediante el «dedazo divino» en palabras de Esperanza Aguirre.

Pero el monclovita tiene sus tiempos y sus formas. «Solo Rajoy puede cambiar el rumbo del PP-CV», afirmaba otro dirigente popular más cercano a Génova. Sabe que «no es bueno que nadie se pronuncie en contra de nadie para no generar división, ya que las decisiones no dependen de nosotros». Una palabra más alta que otra podría defenestrar al valiente, puesto que el presidente nacional del partido tiene una máxima estilo 'guerrista': el que se mueve, no sale en la foto o por mucho que chilles, nadie te escuchará.

El sector crítico con el presidente Alberto Fabra prefiere cocer su estrategia a fuego lento. Deja que sea Génova la que se dé cuenta de la delicada situación de la Comunitat Valenciana para los intereses del partido a nivel nacional. Parece que esta estrategia ya algún fruto: la doble visita de Rajoy a la autonomía (frustrada por el fallecimiento del hermano del presidente) es el primer síntoma, entienden, de que la dirección nacional mira con preocupación el, hasta ahora, intocable granero de votos valencianos.

Advertencias

El punto de inflexión, según distintos fuentes del PP-CV, sucedería si se produjera un resultado en las próximas elecciones europeas muy inferior en la Comunitat al de la media española. También la dirección regional es consciente de los movimientos de los críticos. En sucesivas reuniones ha tratado de forzar a alcaldes y cargos intermedios a implicarse al máximo en la campaña, incluso con advertencias: «Quien no aporte el resultado previsto no será candidato», fue uno de los avisos, según uno de los cargos consultados por este periódico.

Este aviso, según distintas fuentes, se ha dado a todos los cuadros y dirigentes populares. Ha sido una orden vertical, de arriba a abajo, ya que el propio presidente del PP, Mariano Rajoy, lo aplicará a sus candidatos autonómicos. Un dirigente del PPCV con un pie en Valencia y otro en Madrid aseguraba a este diario que «tanto al presidente regional como a los provinciales les han advertido que una baja intensidad electoral conllevaría consecuencias», sin ir más allá.

Desde la dirección nacional, en opinión de las mismas fuentes, existe preocupación por la baja percepción del actual Consell por parte de los ciudadanos. Las elecciones europeas, se perciben como un termómetro para posteriores decisiones. Y a ello achacan la designación de González Pons como dos de la candidatura europea, era un intento para tratar de reactivar las encuestas en la Comunitat ante los resultados que éstas apuntan.

Aseguran que, en función del resultado de las mismas, se adoptará la decisión en torno al candidato autonómico. Otras fuentes, no obstante, consideran «poco probable» un cambio de cartel «a la vista de los hechos». Es decir, el progresivo declive desde hace más de un año que no ha tenido respuesta en Madrid hasta hace escasas fechas.

A pesar de que la mayoría de los cuadros populares está quieto, esperando acontecimientos, también es verdad que algunos de los más destacados dirigentes populares valencianos ya han tendido puentes con Génova para explicar la situación de primera mano. El más activo ha sido el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, que ha mantenido discretas entrevistas con dirigentes madrileños sin que, por ahora, haya dado más pasos fuera de sus declaraciones públicas.

Los socialistas

En la misma media, los socialistas también se tomarán estas elecciones europeas como un primer impulso para crear un gobierno fuerte en la Generalitat Valenciana en el 2015. El partido a nivel federal es consciente de que el vuelco electoral en la Comunitat Valenciana es más que plausible, por lo que enviará a la autonomía a todas sus figuras, empezando mañana mismo por Rodríguez Zapatero y terminando el viernes con Pérez Rubalcaba, ambos en Alicante. Por su parte, el secretario general del PSPV, Ximo Puig, podrá valorar sus posibles pactos postelectorales según los resultados de las urnas del 25-M.

Ya ha lanzado mensajes de que quiere un gobierno fuerte, que no tenga que depender de ese tripartito que el Partido Popular vende como la «ruina» de la Comunitat. Teme que ese mensaje del miedo cale y que, si bien no ponga en peligro su victoria, sí la merme.

Los minoritarios, que difícilmente tendrán representación al ser circunscripción nacional, aspiran a más que duplicar votos y presentarse como alternativa de gobierno pensando en las autonómicas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Fabra encara las europeas como una gran reválida para las elecciones autonómicas