
R. A.
Martes, 20 de mayo 2014, 16:03
Un estudio de La Unió de Llauradors afirma que las pérdidas directas por la sequía en el campo de Alicante ascienden a 74 millones de euros. Fuentes de La Unió precisaron ayer que «la cifra es todavía provisional y será superior» si se tienen «en cuenta otras pérdidas no cuantificables por ahora y si continúa el déficit de lluvias». Esta organización agraria reclama al Gobierno y a la Generalitat Valenciana una serie de «medidas urgentes» para paliar los daños «ante la grave situación en la que se van a encontrar los productores durante los próximos meses».
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La parte más importante de las pérdidas se la lleva el cultivo de los cítricos, con 48 millones de euros en sobrecostes productivos durante esta campaña (clareta y rajado, incremento coste energético del riego, bajos calibres y tratamientos contra plagas); seguido del olivo, con 9,2 millones de euros de pérdidas, el almendro (9,1 millones) y el cereal (4,5 millones).
En la ganadería extensiva, sólo en los sectores de ovino-caprino y vacuno, las pérdidas son de tres millones de euros, según La Unió. «A todas ellas hay que sumar las pérdidas previsibles y no cuantificables de momento en la apicultura, en el cultivo de la viña, en la fruta de verano o en las hortalizas, y muy posiblemente en la ganadería intensiva si no llueve», apuntaron desde la organización agraria.
En el cereal se da casi por perdida toda la cosecha, en frutos secos hay almendras secas en los árboles y en algunas zonas los árboles pueden morir ante la falta de agua, mientras que en el cultivo del olivo, actualmente en fase de floración y cuajado, la merma de la cosecha siguiente será muy significativa, según La Unió.
En la fruta de verano se observa falta de calibre y la viña tiene una deficiente brotación, en tanto que la ganadería extensiva sufre la falta de pastos naturales y el incremento en la compra de pienso.
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El secretario general de La Unió, Ramón Mampel, aseguró ayer que han trasladado sus propuestas de «medidas urgentes» al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y al vicepresidente del Consell, José Ciscar.
Menos ingresos
Según Mampel, «este periodo de sequía y altas temperaturas persistentes está provocando numerosas pérdidas que van a tener una repercusión directa en la disminución de ingresos de los agricultores».
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Para La Unió, la situación es» muy grave», ya que abril pasado ha sido «el más cálido desde que hay datos en los principales observatorios alicantinos». «Todo el territorio está en déficit y aproximadamente en el 20 % del mismo el volumen de lluvias acumulado en el actual año hidrológico no llega ni al 25 % de lo que sería normal en ese periodo de siete meses», señalaron estas fuentes.
Con tanta escasez de precipitaciones, la primera consecuencia es la falta de humedad del suelo, de forma que éste se halla muy seco, con menos del 10 % de humedad con respecto al máximo de capacidad, estimado en algo menos de 9.000 km2, el 40 % del territorio.
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Entre las medidas generales a adoptar sobre el recurso del agua y que se podrían aplicar según determinadas zonas, la organización agraria propone la puesta en marcha de las desaladoras que todavía no han entrado en servicio y que «pueden liberar cantidades importantísimas de recursos para el sector agrario».
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