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P. L.
Sábado, 5 de julio 2014, 01:38
Los sedientos campos del Vinalopó tendrán que seguir esperando las aguas sobrantes del Júcar, después de que el Consejo de Ministros de ayer no abordara la aprobación del Plan de Cuenca del río valenciano. La posibilidad de realizar un desembalse de agua del Júcar para abastecer a los regantes de las comarcas por las que discurre el Vinalopó depende de que el Gobierno dé luz verde al Plan de Cuenca.
Los regantes y el Consell barajaban la posibilidad de que dicha aprobación se produjera ayer, pero finalmente habrá que esperar al menos una semana más para realizar un trasvase de urgencia que sería, en principio, de ocho hectómetros y no de 15 como anunció hace varias semanas la Generalitat.
No obstante, al problema de la falta de aprobación por parte del Gobierno está el origen del agua trasvasada. Alberto Fabra puso en pie de guerra a los regantes valencianos, y de rebote a los de La Mancha, al anunciar que los caudales se desembalsarían desde el pantano de Alarcón y no desde el Azud de la Marquesa.
La llegada de estos caudales a la comarca del Medio Vinalopó es imprescindible, ya que la ausencia de lluvias ha dejado los cultivos de zonas como Aspe, Novelda, Monforte y Hondón de las Nieves prácticamente secos. En estos municipios, donde se cultiva toda la uva de la Denominación de Origen Vinalopó, se da por hecho que la cosecha será muy inferior a lo habitual por la falta de agua. De hecho, algunos agricultores han procedido a arrancar las vides ante la inviabilidad de sus cultivos al tener que pagar el agua, procedente de pozos subterráneos, a un precio absolutamente prohibitivo para obtener rentabilidad. Además, los gastos son aún mayores al tener que aportar abono a los campos para mantener con vida las plantas. En otras localidades, como Pinoso o Monóvar, donde la uva se destina a la producción de vino, la situación es idéntica.
La llegada de este trasvase, cuando se produzca, garantizará los riegos durante el verano, pero habrá que habilitar nuevas aportaciones desde el Júcar si la sequía, tal y como se prevé, continúa en los próximos meses.
La decisión de trasvasar agua del Júcar al Vinalopó ha soliviantado a los agricultores manchegos y valencianos, que consideran que lo que ellos califican como 'lobby' alicantino del agua no se está beneficiando de caudales sobrantes, sino de recursos necesarios para los cultivos de La Mancha y de la provincia de Valencia.
Tal y como reconoció el exministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, la cuenca del Júcar ha sido, y probablemente será, la más conflictiva de todas. Por un lado, los regantes manchegos mantienen con los trasvase de este río hacía el Vinalopó la misma hostilidad que han tenido con el Tajo-Segura. Por otro lado, los agricultores de la provincia de Valencia, muy exigentes a la hora de reclamar agua del Ebro, se muestran igualmente indignados por las aportaciones de agua para la provincia de Alicante, especialmente si los caudales provienen del embalse de Alarcón.
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