Javier Lozano
Lunes, 14 de julio 2014, 01:03
Dos personas perecieron ayer ahogadas en la provincia. Las lagunas de Rabasa se convirtieron en una trampa mortal para un joven de 18 años que había ido con sus amigos de acampada a este paraje de la capital alicantina. Los buceadores del cuerpo de bomberos de la capital encontraron, después de tres horas de búsqueda, el cadáver del chico, que se hundió cuando trataba de cruzar a nado la mayor de las charcas junto a sus amigos, de edades comprendidas entre los 16 y los 20 años. La segunda víctima es un hombre de 40 años que murió ahogado en el pantano de Beniarrés.
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Una vez habían acabado de comer, poco después de las tres de la tarde, los chicos decidieron darse un chapuzón en el más grande de los estanques, que querían cruzar de un costado al otro. El grueso del grupo avanzaba y cuando se percataron de que uno de ellos, de 18 años, se quedaba rezagado, volvieron en su auxilio. Sin embargo, según apuntaron las mismas fuentes, cuando llegaron a su altura ya se había sumergido dentro del agua y no conseguían localizarlo, por lo que, de inmediato llamaron a emergencias.
Agentes de la Policía Local, de la Policía Nacional, una dotación del SAMU y dos dotaciones del Speis (Servicio de Protección de Incendios y Salvamento) de la capital alicantina iniciaron la búsqueda.
La tarea se esperaba complicada, puesto que la visibilidad es casi nula ya que el fondo de la laguna es cenagoso y está plagado de cañaverales. Poco antes de las siete de la tarde, tras más de tres tratando de encontrarlo, hallaron el cuerpo sin vida a unos 14 metros de profundidad y 15 de la orilla.
Una vez que el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver, seis efectivos del Speis lo transportaron hasta el furgón de los servicios funerarios, ya que el vehículo no podía aproximarse hasta la ribera de la laguna debido a la angostura de los accesos. A una distancia prudencial les acompañaban, visiblemente conmocionados, los amigos con los que había ido a pasar un fin de semana y que se tiñó de luto.
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Varias horas antes, la Guardia Civil rescataba el cuerpo sin vida de un hombre de 40 años en el pantano de Beniarrés. A las doce de la noche del sábado al domingo, una mujer telefoneó a la Guardia Civil advirtiendo de que su padre no había vuelto a casa. Ante el aviso, los agentes se pusieron de inmediato a buscar al hombre que describía la joven.
Una media hora después, llegaba hasta los servicios de emergencias de la Generalitat una segunda llamada, en la que se indicaba que un varón de mediana edad podría haberse ahogado en el pantano situado entre los municipios de Gaianes y Beniarrés.
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Durante toda la noche, la Benemérita estuvo buscando sin éxito al desaparecido, pero al final fueron los buzos especialistas de la Guardia Civil los que lograron -cuando ya había amanecido- encontrar el cadáver sin vida de este hombre de 40 años y de nacionalidad rumana.
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