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Un agente practica la prueba a un conductor para saber si ha consumido drogas.
Los vicios que matan al volante

Los vicios que matan al volante

Casi la mitad de los conductores fallecidos en 2013 habían tomado alcohol o drogas

Luis Candela

Jueves, 17 de julio 2014, 02:13

Abrieron su silla de ruedas, esa con la que cada día hacen su vida normal, y se fueron a formar parte del dispositivo de control de alcohol y drogas que la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Guardia Civil ubicaron ayer en el peaje de la AP-7 en el punto de Sant Joan d'Alacant. Se trata de Enrique y Manuel, de 41 y 50 años respectivamente. Ambos sufrieron una lesión medular en un accidente de tráfico. A los conductores fueron a decirles ayer que el carné de conducir «conlleva una responsabilidad».

Por séptimo años consecutivo, la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym) colabora con la DGT para llevar a cabo esta medida de concienciación que, en este caso, advierte sobre las nefastas consecuencias de manejar un volante bajo la influencia del alcohol o las drogas. A las once de la mañana, los agentes montaron el dispositivo, en el que estuvo presente el jefe provincial de Tráfico de Alicante, Francisco García-Caro, por el que comenzaron a desfilar conductores, la mayoría cumpliendo con las normas.

Las cifras hablan por sí solas: un 43% de los conductores fallecidos en carretera en este país durante todo 2013 habían consumido alcohol o drogas. Casi la mitad. Pero además, los peatones también aumentan los riesgos frente al tráfico con la ingesta de este tipo de sustancias. Según los datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, de los 161 viandantes fallecidos y analizados, el 44,1% presentaron resultados positivos en sangre a drogas, psicofármacos o alcohol.

En el caso de los voluntarios que acudieron ayer al control, la fatalidad les sobrevino por un despiste al volante. Enrique Lorente, que ahora es delegado e Aspaym en Alicante, tenía tan solo 8 años cuando iba con su padre y perdió el control. Desde hace unos años no ceja en su empeño en que el eslogan 'No corras, no bebas, no cambies de ruedas' sea una realidad con charlas en colegios e institutos a los chavales y con campañas como la de visitar los controles.

Mientras, Manuel Marcos circulaba solo y al echar la vista hacia otro vehículo se salió de la carretera sin que pudiese hacer ya nada para controlar su coche. La caída, en la que dio varias vueltas de campana, por un barranco le despidió por la ventanilla con tal mala suerte que el vehículo le aplastó la columna. «Por suerte, mi mujer e hijo no iban conmigo», recuerda. Siete meses tuvo que recibir tratamiento en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y ya en 2009, dos años después del siniestro, participó en una experiencia similar a la de ayer para hablar con conductores.

«Estamos fuera de las estadísticas», lamenta Enrique, quien explica que las cifras de muertos impactan cada vez que aparecen en los medios de comunicación «sin que aparezcan los números de lesionados medulares». Sin embargo, nadie se queda al margen, como añade el delegado de Aspaym, «los accidentes no tienen que ver con clases sociales o ser guapo, todos vamos por la carretera».

Alcohol y drogas, o ambas, incrementan en mucho las probabilidades de no prestar la suficiente atención a la carretera o el tráfico. Relajación, falsa percepción del espacio, excitación, menor concentración, sueño repentino, euforia, agotamiento, reacciones violentas, ilusiones ópticas, ansiedad o fuertes calambres. Ésas y otras tantas alteraciones son las que provocan drogas como el cannabis, éxtasis, anfetaminas, cocaína, LSD o la heroína. Una bomba de relojería en manos de quien conduce, como alertan desde la DGT.

De ahí que las sanciones de Tráfico se hayan incrementado, sobre todo, para los conductores reincidentes. Para ellos, la reforma de la Ley de Seguridad Vial les castiga con 1.000 euros en lugar de los 500 euros del año anterior. Esa misma cifra se le impone a quienes doblen la tasa de alcoholemia y a quienes conduzcan con drogas en su organismo. Ésta última está catalogada como infracción muy grave. Para su detección, los agentes del Instituto Armado cuentan con moderna y cara tecnología que, mediante la saliva en contacto con un reactivo, detecta la presencia de una gran cantidad de sustancias.

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