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Rescate del joven bañista ahoga en la laguna de Rabasa. :: J. P. R.
Doce bañistas han muerto ahogados en la provincia en los últimos cuatro meses

Doce bañistas han muerto ahogados en la provincia en los últimos cuatro meses

Los siniestros se han producido en playas, embalses, piscinas y en la laguna de Rabasa y entre los fallecidos hay niños, jóvenes, adultos y ancianos

Pedro López

Lunes, 21 de julio 2014, 00:35

Las llamadas a la prudencia y los avisos del riesgo que se corre cuando se toma el baño en piscinas, playas o embalses no están teniendo los efectos deseados, al menos este verano. Cuanto aún no ha acabado el mes de julio y a la espera del desembarco masivo de turistas en agosto, en la provincia de Alicante ya han perdido la vida en los últimos cuatro meses (de marzo a julio) doce personas cuando se bañaban en playas, piscinas, embalses e incluso en las lagunas de Rabasa.

La cifra es muy preocupante porque, sin duda, seguirá creciendo en las próximas semanas. De hecho, los expertos alertaron antes de comenzar el verano de los peligros a tenor de las cifras de ahogados (53) de los dos años anteriores en la Comunitat, según los datos facilitados por Cicu y la Conselleria de Sanidad.

El presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA, Francisco Canes, reconocía hace unos días que los datos son una «verdadera barbaridad porque la mayoría de casos son evitables, ya que se deben a imprudencias de la gente».

Además, las cifras pueden ser incluso mayores al no existir una estadística exacta sobre las víctimas mortales por ahogamiento, a pesar de que desde Cruz Roja se insiste en la necesidad de contabilizar la cantidad de fallecidos y las circunstancias de las muertes para saber los motivos concretos y las medidas que se podrían tomar, además de las ya existentes.

Algunos expertos apuntan a la posibilidad de que la reducción de las horas y días de vigilancia en las playas haya podido influir en la mortalidad, aunque la imprudencia del propio bañista es, sin duda, la primeracausa.

Por ello, se insiste con las campañas de concienciación para tener en cuenta factores como el estado del mar, la presencia o no de vigilantes (hay muchas personas mayores que se bañana a primera hora de la mañana), respetar el tiempo para hacer la digestión y vigilar a los más pequeñas. Estos consejos valen para la playa y también para las piscinas, e incluso para embalses y lagos, donde es poco probable la presencia de socorristas.

La lista fatídica comenzó el 30 de marzo cuando un hombre de poco más de 50 años de edad murió ahogado en la playa de Urbanova. Al parecer, la víctima salió a nadar por la mañana y, ante su tardanza en regresar, un familiar acudió al arenal en su busca. Al percatarse de lo ocurrido, alertó de inmediato a los servicios de emergencias, pero, por desgracia, ya no se pudo hacer nada por esta persona.

Un día después, un niño de 3 años fallecía ahogado tras caer a una piscina de una vivienda privada de Xàbia. El suceso se produjo en un inmueble ubicado en la urbanización Cansalades, donde el menor y su madre disfrutaban de unos días de vacaciones. El pequeño se precipitó a la piscina y fue sacado del agua cuando la madre se percató de la ausencia del niño. Los efectivos de Samu trataron sin éxito de reanimarlo.

El 17 de junio un hombre murió a media tarde cuando se bañana en la playa de la Zenia en la costa de Orihuela. Los hechos sucedieron sobre las 17.30 horas cuando el cuerpo del hombre, un jubilado extranjero, fue localizado flotando en la Cala Cerrada de la Zenia. Las playas oriolanas se cobraron otra víctima tres días después. En este casolos hechos ocurrieron en la Playa de La Glea en torno a las 15.30 horas. Los usuarios de la playa intentaron rescatar al hombre, que se metió en el mar a pesar del fuerte oleaje. El fallecido, de 44 años, fue sacado hasta la arena, pero los servicios de emergencias que llegaron tras el aviso vecinal no pudieron hacer nada por su vida.

El 23 de junio un hombre de 60 años, natural de Cuenca, falleció en Dénia sobre las 20.41 horas cuando iba andando por la Costa de la Calma. De forma súbita, se encontró mal y se cayó, al parecer tras sufrir un ictus, apareciendo ahogado poco después.

El pantano de Beniarrés se cobró el 29 de junio la vida de un hombre que cayó a sus aguas cuando estaba pescando. El suceso se produjo sobre las 15.30 horas cuando, por causas aún desconocidas, el hombre se precipitó al agua. Hasta el lugar se trasladaron miembros de la Guardia Civil y del Consorcio de Bomberos, que movilizaron el helicóptero de rescate, pero no s epudo hacer nada.

El 10 de julio una menor de 16 años, de nacionalidad rumana, falleció en la piscina de un chalet privado de la partida rural de Llobella, en Benissa. El aviso de alerta se produjo en torno a las 14.00 horas, después de que familiares y amigos de la joven la encontraran en la piscina de la casa. La joven sufrió una indisposición mientras se bañaba, pero al parecer nadie se percató y su cuerpo fue descubierto bastante tiempo después flotando. El Samu se trasladó al lugar del suceso y los facultativos intentaron reanimar a la adolescente, a la que ya habían sacado de la piscina, aunque finalmente falleció.

El domingo 13 de julio fue una jornada especialmente trágica. Por la mañana, las lagunas de Rabasa se convirtieron en la trampa mortal para un joven de 18 años que había ido con sus amigos de acampada a este paraje de la capital alicantina. Los buceadores los Bomberos de Alicante encontraron, después de tres horas de búsqueda, el cadáver del chico, que se hundió cuando trataba de cruzar a nado la mayor de las charcas junto a sus amigos.

Ese mismo día se registraron otros tres ahogamientos: un hombre de 40 años en el pantano de Beniarrés, que se cobraba su segunda víctima, y un hombre de 49 años y de nacionalidad noruega que se ahogó en la playa de l'Albir. Además, un buceador británico de más de 50 años falleció mientras realizaba una inmersión en las inmediaciones de la isla de Tabarca. El fallecido era un especialista y estaba capacitado para hacer inmersiones a 80 metros de profundidad. La muerte se produjo cuando hacía la inmersión en un punto donde hay un pecio de la Primera Guerra Mundial.

Las dos últimas víctimas mortales se registraron el pasado jueves, día en que murió un nadador de 42 años en la Albufereta y también falleció un balista de 78 años en la Playa Centro de La Vila Joiosa.

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