Uno de los fallecidos en el siniestro de Cox será identificado desde Rumanía

Las labores después de la tragedia del accidente mortal entre un camión y una furgoneta en la A-7 a su paso por Cox prosiguen en el Instituto Anatómico Forense de Alicante, pero también se han extendido al país de origen de los ocho fallecidos. Una de las víctimas, la última mujer que faltaba por hallar a sus parientes, será identificada gracias a la colaboración entre las autoridades de España y Rumanía. Los protocolos de cooperación se han activado para que se puedan recoger muestras de ADN de familiares y enviarlas al tanatorio alicantino con el objetivo cotejar los datos, según confirmaron fuentes de las autoridades rumanas.

El día de ayer fue el turno para los parientes del conductor de la furgoneta que quedó calcinada y que transportaba a los otros siete pasajeros. Los trabajos de las autoridades permitieron dar con el hermano del chófer para recoger muestras que confirmen su identidad. Venidos desde Roquetas de Mar, los allegados acudieron hasta el tanatorio alicantino, gestionado por ASV, apesadumbrados por todo lo ocurrido el pasado martes en torno a las 16.40 horas. El estado en el que el fuego dejó los cuerpos de los fallecidos está dificultando la identificación de los cadáveres, lo que tampoco ayuda a a los familiares a superar este duro trance.

Los allegados del resto de las víctimas, en el que ya es el accidente más trágico en las carreteras de la provincia en los últimos 15 años abandonaron ayer el tanatorio de La Siempreviva, después de horas de desgarradora espera. La delegación consular de rumana procedente de Castellón y el subdelegado del Gobierno, Alberto Martínez, les acompañaron en todo momento, al igual que un equipo de Cruz Roja que les prestó ayuda psicosocial.

Las miradas perdidas reflejaban el dolor por el que estaban pasando. Imposible contenerse. Así se encontraban los abuelos maternos de los pequeños de 5 y 7 años, que murieron junto a sus padres, y de Andrea, hija de una mujer de 51 años que se reincorporaba a su trabajo como asistente en un centro de menores. Las cinco víctimas volvían a Rumanía después de pasar las vacaciones con la familia. Vidas perdidas como la del joven de 27 años, que estaba afincado en Almería, donde trabajaba, y que iba a volar a Timisoara para casarse en agosto.

Hasta que no concluya la identificación de los cuerpos no podrán repatriarlos a casa, tarea de la que se encargará el seguro del camión, de la compañía Axa.

La principal hipótesis que se baraja y que no descartó la Guardia Civil en ningún momento es la del reventón de uno de los neumáticos del tráiler siniestrado. El brusco giro hizo que el vehículo pesado, cargado con tubos metálicos, atravesara la mediana de la autovía. Solo el infortunio quiso que se abalanzase de forma violenta sobre la furgoneta repleta de ocupantes, en una tarde de julio con escaso tráfico rodado, como indicaron desde la Dirección General de Tráfico.

Mientras, el camionero, un hombre de 46 años nacido en Cocentaina, seguía ayer en la UCI del Hospital de la Ribera de Alzira en estado estable dentro de la gravedad. El conductor se mantiene consciente, como lo estuvo tras la tragedia. De hecho, fue capaz de declarar ante la Guardia Civil, que se encarga de la elaboración del atestado.

Los mayores expertos de la Guardia Civil de Tráfico en reconstrucción de accidentes de estas características, el ERAT, llegaron a Alicante procedentes de Madrid al día siguiente del funesto choque.