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PAULA HERNÁNDEZ
Domingo, 3 de agosto 2014, 00:32
Luismi es uno de los chicos de la Fundación Lucas Koch,una entidad privada sin ánimo de lucro que tiene el propósito de contribuir a mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad múltiple severa y la de sus familias. Una de sus últimas iniciativas ha sido poner a disposición de sus socios, en el paseo de la playa de SanJuan, las cuatro bicicletas adaptadas para discapacitados que les donaron el pasado noviembre. Se trata de bicicletas para dos personas con una silla de ruedas incorporada en la parte frontal, por lo que la persona de detrás es la única que pedalea. Cada mañana Luismi acude con su madre, Nieves, para dar un paseo en bicicleta. «Es una opción buenísima, supone un cambio muy importante para él por la emoción y la velocidad. Anima a todos los padres para que lo practiquen», cuenta Nieves, que se muestra muy agradecida con este tipo de iniciativas que rompen la rutina del día a día de su hijo marcada por la rehabilitación.
Hay muchas familias en las que uno de sus miembros padece alguna discapacidad y tienen que dedicar todo su tiempo y recursos económicos para darles los cuidados y atenciones que necesitan. Afortunadamente, hay instituciones como Lucas Koch volcadas absolutamente en ayudar a estas personas y sus familias. «Seguimos todas las terapias y alternativas que ofrece, es algo que necesitábamos», explica Nieves.
Respiro y diversión
La iniciativa de las bicicletas adaptadas «supone un respiro para nuestros socios», cuenta la presidenta de la fundación, Anne Marie Otten, que ahora mismo se encuentra totalmente volcada en la inauguración de un centro de residencia y terapia en San Juan pueblo: «Estamos aprovechando estos dos meses para darnos a conocer y que la gente sepa que con los recursos adecuados hay opciones de ocio para todos».
Por este motivo, la trabajadora social encargada del puesto de las bicicletas, Arancha Martínez, afirma que también es importante llamar la atención y darse a conocer: «Así, no solo hacemos publicidad de la asociación, también estamos sensibilizando a la gente cada vez que se acerca a preguntar».
Sin embargo, lo fundamental de este servicio es ayudar a los socios y su familias, ya que muchas veces se ven muy limitados a la hora de realizar actividades. «No sólo se trata de algo divertido, sino que además lo pueden realizar junto a alguien más. El día de la inauguración vinieron grandes grupos de chavales y era muy bonito porque algunos con discapacidades psíquicas leves se sentaban detrás y llevaban a los que no pueden pedalear», cuenta Arancha.
Además, otra de las alternativas que ofrecen estas bicicletas es la de separar la parte delantera, y se convierte en una silla de ruedas normal, lo que da a las familias la opción de parar y tomarse algo tranquilamente antes de retomar la marcha.
Por otro lado, cada verano se pone en marcha el proyecto 'Playa accesibles en Alicante', que ofrece áreas lúdico-pedagógicas y ayuda al baño para personas discapacitadas.En la zona de San Juan cuentan con un gran equipo de monitores y especialistas entre los que se encuentran psicólogos, terapeutas, psicopedagogos y fisioterapeutas. La coordinadora, Bárbara Filiu, asegura que «esta playa ha sido pionera a la hora de incorporar muchos recursos relacionados con la accesibilidad». Cada año aumentan el número de incripciones tanto de niños como personas mayores con algún tipo de discapacidad que quieren disfrutar de este servicio. San Juan es uno de los destinos favoritos de los turistas nacionales que vienen a Alicante buscando el sol en verano. «Las últimas semanas hemos tenido usuarios de toda España, que se han enterado de nuestras actividades y han traído a sus hijos y a sus padres», cuenta Bárbara. Además,la gente que prueba normalmente vuelve a repetir de un año a otro, ya que quedan muy contentos con el trato y las atenciones recibidas que no suelen encontrarse en otras playas de la zona aunque ofrezcan el mismo servicio: « Tratamos de no cambiar los monitores, ya que al repetir tanta gente no queremos romper el vínculo que se crea».
Cuidados específicos
Las actividades se realizan en dos carpas situadas normalmente en la arena de la playa, cerca del área de botiquín y socorrismo. Una para niños con alguna discapacidad y otra para personas mayores. Cada grupo recibe unos tratamientos y cuidados específicos, «pero además, nosotros intentamos dar una atención individualizada y completa a cada usuario».
Los niños realizan una jornada completa de ocho horas. Por la mañana se realizan todo tipo de actividades y talleres sociales diferentes enfocados a desarrollar la autonomía y la inteligencia emocional: «Solemos asignarle a cada uno alguna tarea cada día, como el encargado del material o o el de las mochilas. Pequeñas labores de las que se tienen que responsabilizar» cuenta Bárbara. Después de comer viene el momento de la relajación, en el que algunos leen o otros duermen la siesta, mientras que los que lo necesiten reciben los tratamientos fisioterapeúticos
Con las personas mayores se llevan a cabo unos procedimientos distintos. Los talleres se basan en la escucha e integración enfocados a que aprendan a establecer conversaciones entre ellos, «algo que solo ofrecemos los monitores de la playa de San Juan, porque queremos escucharles personalmente y enseñarles a relacionarse» afirma Barbara.
Una de las tareas de ocio más importantes que realizan tanto para mayores y pequeños es la 'ayuda al baño', ya que muchos de los usuarios presentan una movilidad muy reducida y no pueden bañarse fácilmente. Para estos casos cuentan con las llamadas 'sillas anfibio'. Se trata de sillas con ruedas adaptadas para meterse en el mar. Están formadas por un asiento y un manillar delantero para que uno de los monitores pueda tirar de la silla.
Sin embargo, sólo cuentan con dos ejemplares de estas sillas, por lo que a veces los monitores buscan otras alternativas para que ninguno de los usuarios renuncie a la hora del baño.
Cada vez hay una mayor concienciación ciudadana y recursos disponibles para ayudar a las personas con algun tipo de discapacidad a realizar todo aquello que se proponga libre de barreras. Lo único que hace falta, según la directora de la Fundación Lucas Koch , Anne Marie, «es alguien que empuje».
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