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P. M. MACIÁ / L. CANDELA
Martes, 5 de agosto 2014, 00:37
Los vecinos habían echado de menos a Yolanda en los últimos días. Ninguno la vio, pero tampoco pasó por sus cabezas que podía yacer muerta a apenas unos metros, en su casa de la oriolana calle Oriol. La marcha del hijo de su primer matrimonio con su padre les llevó a pensar que la mujer había decidido irse fuera con su actual familia, porque no es raro que Orihuela se vacíe con la canícula. Sin embargo, agentes de la Policía Local de la ciudad fueron quienes, en torno a la una de la tarde, confirmaron las peores sospechas. La mujer, de 39 años de edad y de nacionalidad española, se encontraba muerta en su domicilio y en el cadáver se hallaron evidencias de fuertes golpes en la cabeza, cuya autopsia deberá confirmar como la causa del óbito.
Alerta.
Poco antes de las 13.00 horas, la hermana del sospechoso avisa al 112 por las preocupantes palabras del hombre, pues la pareja no fue a recoger a su hija
Tragedia.
La Policía halla el cadáver de Yolanda, de 39 años de edad y que tenía otro hijo de una relación anterior, con fuertes golpes en la cabeza.
Captura.
Los agentes inician el dispositivo para dar caza al hombre de 37 años, principalmente por Orihuela y Murcia.
Rápidamente se puso en marcha el protocolo para dar con el principal sospechoso: su actual pareja, un hombre de 37 años con antecedentes, alguno de ellos por comportamiento violento, aunque no hacia su compañera, tal y como confirmaron fuentes cercanas al caso. Las primeras pesquisas apuntan a que el crimen se cometió el pasado sábado, pero no fue hasta el día de ayer cuando se tuvieron los primeros indicios de que algo no iba bien en casa. La cuñada de la víctima dio la voz de alarma, pues la pareja debía recoger a la hija que tenían en común. Al teléfono, el presunto homicida le dijo a su hermana que «estoy haciendo lo que tengo que hacer» cuando le preguntó que por qué no acudían a por la niña, unas palabras que la inquietaron.
Alarmada, la mujer decidió avisar al 112 de la Región de Murcia, de donde es natural el sospechoso, a quien busca la Policía Nacional de Orihuela como presunto autor del crimen que ha conmocionado al oriolano barrio de Capuchinos, así como a todos los vecinos de la ciudad. Los agentes peinan la zona para dar con el sospechoso, tanto por el municipio oriolano como por la capital de la vecina región.
Mientras, el Juzgado de Instrucción número 3 de Orihuela, en funciones de guardia, se hizo ayer mismo cargo de la investigación, tal y como informó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). A efectos judiciales, no consta ningún antecedente de violencia entre la pareja, ni tampoco en las bases de datos policiales, según confirmó el Alto Tribunal, un trámite, el de interponer una denuncia o recibir asesoramiento que se puede hacer a través del teléfono 016.
Los residentes de Capuchinos se debatían ayer entre el asombro y el estupor ante lo ocurrido. «Aquí matan a la gente y no nos enteramos», decía uno de los vecinos apostados ante la puerta del edificio donde se produjeron los hechos, en busca de algo de fresco a primera hora de la tarde y cuando el cadáver de la víctima ya había sido trasladado del lugar donde ocurrió el suceso. Mientras, otra mujer mostraba su sorpresa por el hecho de que se hubiera perpetrado un crimen tan atroz tan cerca de sus viviendas.
Todos aseguraron que la víctima y su presunto asesino formaban una pareja normal, que nunca habían escuchado gritos ni peleas en la vivienda y que muchas veces se los encontraban en la escalera, en dirección a su casa, cogidos de la mano. «Desde luego, de fachada eran una pareja feliz», afirmaron. La fallecida era vecina del barrio de Capuchinos de toda la vida. Primero residió con sus padres en los bloques donde se levantaba el antiguo convento y ahora lo hacía con el segundo hombre con el que compartía su vida, y que al parecer acabó con ella. Con el primer marido tuvo un niño que pasa estos días con su padre, mientras que junto con el presunto homicida eran padres de una niña, que al parecer estaba con un familiar cuando se produjeron los hechos.
Las autoridades, en todos los ámbitos, mostraron su más enérgica repulsa ante lo que todo hace indicar que se trata de un nuevo caso de violencia de género. De confirmarse nos encontraríamos ante la tercera víctima mortal en la provincial de Alicante en lo que llevamos de año.
El delegado del Gobierno, Serafín Castellano, se mostró consternado y subrayó que es «fundamental» actuar ante cualquier signo de maltrato para, entre todos, «acabar con esta lacra y evitar que la violencia quede impune». El secretario general del PSPV, Ximo Puig, lamentó lo ocurrido, algo que, según dijo, «nos sumerge en la vileza del machismo», una condena a la que también se sumó el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
Meses antes, la exedil socialista Alicia Zambrana apareció muerta en su residencia de Campello, también golpeada hasta la muerte por su entonces pareja, un joven paquistaní. En enero, una pareja de ancianos fue encontrada muerta en Santa Pola. Las investigaciones apuntan a otro caso de violencia machista.
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