Galicia y Cantabria 'salvan' a la pesca de Alicante al comprar a alto precio su 'stock'

El sector primario de la provincia es uno de los más castigados por la crisis económica. En el caso del subsector pesquero, incluso más al estar sujeto a una recesión de tipo estructural relacionada con el abandono masivo de la flota al socaire de las ayudas europeas y con los bajos precios de las especies en lonja. Sin embargo, los últimos meses han supuesto un punto de inflexión para los pescadores de la bahía alicantina de cerco y otras artes menores, así como para los arrastreros. Las elevadas cotizaciones del pescado azul (fundamentalmente sardina y boquerón) registradas en los mercados mayoristas de Galicia y Cantabria han 'salvado' el ejercicio de un sector dependiente siempre de infinidad de variables y con la soga al cuello pese a las ayudas anunciadas para sufragar el elevado coste del gasóleo.

El enjuague de pérdidas cuando no el incremento de la facturación de la flota pesquera alicantina tiene mucho que ver con el sistema y orden de vedas, según señala la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Alicante y recoge la última memoria socioeconómica del CES de la Comunitat Valenciana, que habla de espectacular aumento de la venta de sardina y boquerón.

Al no haber habido campaña de pescado azul en Galicia y Cantabria, «todo el excedente de Alicante se ha vendido en esos mercados a precios elevadísimos». Y ello tiene una incidencia directa en el volumen de negocio. Tanto las cofradías de Castellón como las de Valencia han experimentado descensos del 4,3% y del 11,4%, respectivamente, en su facturación. Las de Alicante, con Torrevieja como exponente del mayor aumento de ventas y dinero (que se duplica y llegó en el 2013 a 6,7 millones de euros) aumentan en su conjunto un 1,6% el negocio. Pese a la reducción del consumo del mercado local y nacional en general debido a la crisis económica y a la menor compra de pescado fresco en favor del congelado o refrigerado.

Las lonjas alicantinas han logrado salvar el año, el lustro de recesión y los 'siglos' de problemas estructurales con una facturación de 48 millones de euros. Sólo la Cofradía de Santa Pola ha facturado por valor de 14,1 millones de euros, si bien es el puerto donde más barcos arrastreros (de los que faenan en aguas de Marruecos y alta mar) tienen su base.

Más que Valencia y Castellón

En el conjunto de la Comunitat Valenciana, el total de capturas ha sido de 31.413,8 toneladas con un valor en lonja de 93,18 millones de euros. Con relación al año 2012, se ha producido un incremento en el volumen de capturas (19,6%), si bien el valor en lonja de éstas ha vuelto a experimentar una disminución del 2,2%, arrastrada por la pérdida de negocio de Castellón y Valencia, que no de la Costa Blanca.

No obstante todo, hay que dejar constancia que en determinados puertos no coinciden los datos entre desembarcos en lonjas y capturas de las flotas. Ello obedece a las ventas realizadas por nuestra flota en puertos de otras Comunidades Autónomas. De igual modo, se da el caso de embarcaciones de cerco de otras autonomías que pescan en nuestras costas y realizan sus ventas a través de las lonjas locales.

La flota pesquera en la provincia de Alicante está constituida por un total de 240 barcos y 927 tripulantes. La potencia total de estas embarcaciones es de 40.561 H.P. y el tonelaje de registro bruto es de 7.015,79 T.R.B. Destaca la modalidad de pesca de arrastre en esta provincia. En cuanto al volumen total de capturas, se situó en 2013 en 17.045,7 toneladas, cuyo valor total en lonja ha sido de 48,11 millones de euros. Los puertos que más capturas han registrado han sido los de Torrevieja con 5,18 millones de kilos (sobre todo por la esplendorosa campaña de sardina y boquerón con técnica de cerco), seguido de Altea con 3,73 millones y Santa Pola con 2,61 millones de kilos capturados. El volumen de capturas de estos tres puertos representa el 67,6% del total de la provincia. El de la capital sigue siendo testimonial y ni aparece en la estadística, al disolverse hace unos años la Cofradía por los problemas económicos y financieros que le causó la construcción de la abandonada, aun a día de hoy, lonja pesquera.

Además, el CES-CV deja constancia en la última memoria de la necesidad de proteger y conservar los recursos pesqueros, intensificar el control de los vertidos al mar, continuar con las ayudas estructurales al sector de la pesca, la recuperación de los caladeros, el fomento de la investigación marina para determinar nuevos recursos y la ordenación de los productos de la pesca para facilitar una mayor transparencia en el mercado sobre origen y sistema de obtención del producto.

El CES reitera como en los últimos cuatro o cinco años que «resulta imprescindible buscar fórmulas que faciliten el acceso de los jóvenes a la profesión, simplificando los requisitos administrativos para obtener las titulaciones correspondientes». No hay relevo generacional.