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RAMÓN BERNABEU
Lunes, 25 de agosto 2014, 01:06
Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Esto es lo que pensaron décadas atrás los lugareños de la pedanía de Las Virtudes cuando decidieron plantar decenas de pinos junto al santuario de la patrona de Villena para disponer en el futuro de una zona de esparcimiento donde poder dar cuenta de un almuerzo campestre tras alguna de las diversas celebraciones festivas que se celebran en este enclave a lo largo del año. Y así lo ha sido desde entonces hasta la fecha. Sin embargo, esta actividad lúdica y de recreo corre peligro de desaparecer a causa del grave estado en el que se encuentran numerosos ejemplares que conforman la pinada de Las Virtudes, jalonada por la conocida fuente del Chopo, cuyo estado también deja mucho que desear.
Al menos una quincena de árboles están ya literalmente «liquidados», según denuncian los vecinos del enclave y ha podido constatar este periódico. Se trata de pinos de gran altura con, al menos, 50 años de antigüedad, cuyas copas se encuentran literalmente quemadas «por falta de riego», denuncia Paco, uno de los residentes más veteranos de la pedanía que alberga el santuario de la Virgen de las Virtudes.
Es evidente que la larga sequía padecida estos meses en toda la comarca del Vinalopó y por extensión en todo el sureste peninsular ha servido para acelerar el proceso de muerte de estos pinos, cuya recuperación es irreversible, según confesaron operarios de la brigada municipal de jardines a este periódico.
Por tanto, según comentaron los encargados de parques, la única solución posible pasa por talar los ejemplares sin vida y dejar aquellos que todavía pueden ser regenerados mediante un intenso cuidado y mantenimiento diario. Una práctica más que necesaria en esta época de escasez de lluvia, pero que, paradójicamente, no se ha llevado a cabo durante los últimos meses, según denuncian los propios vecinos que viven en Las Virtudes.
«Jamás en todos los años que vivo aquí había visto la pinada tan abandonada como ahora», lamenta Paco, quien supera ya las 75 primaveras. Este anciano ciudadano anda muy preocupado por el futuro de esta pinada centenaria que ha dado cobijo a muchas generaciones de villeneros cuando van de visita a su patrona. Pero, sobre todo, se muestra preocupado ante el riesgo inminente de que alguno de estos pinos deteriorados pueda caer sobre la zona de juegos infantiles a donde, estos días de vacaciones estivales, acude con su nieto cada mañana para pasar unas horas entretenidas antes de la comida del día.
Los vecinos de Las Virtudes no logran entender cómo el edil del área, José Tomás Molina (Los Verdes), no le pone mayor interés a la conservación y mantenimiento de esta zona verde. Una por su condición de ecologista y la otra por haber desempeñado funciones de capataz en la brigada municipal de jardines. Los habitantes de la pedanía también expresan sus quejas ante el hecho de que haya desaparecido el barrendero que «todas las mañanas se dedicaba a limpiar aquí», según señala Paco. Y es que el cambio de la contrata del servicio de limpieza y recogida de residuos urbanos ha traído consigo la reducción de operarios, entre ellos el que acudía cada día al santuario de la patrona.
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