

Secciones
Servicios
Destacamos
FERNANDO AMAT
Lunes, 8 de septiembre 2014, 01:22
Las novedades en el once inicial marcaron en un principio el debut, ayer tarde, del Orihuela en Los Arcos. Pese a la atípica pretemporada del cuadro escorpión, con muy pocos días de preparación y con partidos amistosos lejos de Los Arcos el grupo demostró estar consolidado y mantiene la columna vertebral del equipo que casi logra el ascenso en junio. Los amarillos sumaron tres puntos gracias a las facilidades que ayer dio el Acero.
La variación táctica que realizó el entrenador Andrés García Tébar fue la inclusión de Urzáiz como pivote junto a Fleky. El técnico albaceteño puso sobre el césped un 4-4-2 con Kike Mateo como enganche con el delantero Ginés.
El cuadro escorpión comenzó con el peso del partido pero sin tomar demasiados riesgos. Los ataques no se continuaban pero el peligro se notaba a balón parado. Quizás lo que más echó en falta el equipo local fue sacar más balones controlados desde el centro del campo.
La primera ocasión, sin embargo, fue para los rojiblancos que pusieron a prueba a Emilio en el minuto 14. El delantero Will le hizo un sombrero a Gavilán y disparó desde la frontal al portero oriolano, que repelió el chute. La acción más determinante hasta el momento la protagonizó Miguel, que evitó con una falta clara un contraataque que conducía Kike Espinosa. El defensa castellonense Miguel vio la segunda tarjeta amarilla en el minuto 23.
El equipo del Puerto de Sagunto brindó los tres puntos en bandeja con un autogol de Julián en el 35. El defensa despejó un centro de Espinosa a la escuadra sin que su portero pudiera hacer nada, aunque todavía dieron más facilidades con una nueva expulsión. El capitán Camarasa realizó dos acciones punibles y se marchó hacia los vestuarios en el 41. Los rojiblancos se quedaban con nueve jugadores y con toda una segunda parte que le vendría cuesta arriba. En contra de lo que se esperaba, el cuadro amarillo no arrolló en la reanudación. Solo se acercó con peligro con un centro de Isaac que remató el ariete Ginés pero que atajó el portero Salva. Instantes después el delantero también probó desde el segundo palo pero el guardameta realizó una estirada plástica.
Los amarillos no estaban muy acertados de cara a portería y fallaron dos ocasiones inmejorables para sentenciar, una con un disparo de Isaac y otra con una vaselina desde la frontal del área. Todavía tuvo su oportunidad de empatar el cuadro castellonense tras el lanzamiento de una falta que remató un jugador de cabeza. Emilio dudó a la hora de despejar y los nervios llegaron a la zaga amarilla.
A raíz de las jugadas en las que perdonó el Orihuela los visitantes lucharon con más intensidad con la intención de empatar un partido que los escorpiones no habían podido cerrar. Las jugadas de ataque no surgían en las filas oriolanas hasta que Álex García sacó la casta con una gran jugada por la banda derecha. El lateral llegó hasta la línea de fondo y centró para que el delantero centro amarillo estrenara su cuenta personal en el 77.
García Tébar
Una vez que los amarillos cerraron el partido con el 2-0 aumentaron su ventaja, gracias al lateral zurdo Micro, que remató de cabeza e inició en Los Arcos, con el 3-0, una fiesta a la que se quiso sumar Antonio. Una internada de Nacho Poveda dentro del área acabó en un penalti claro que el colegido apreció a escasos metros. Kike Mateo cedió el lanzamiento de la pena máxima a Antonio que se quiso cerrar de una vez la gran herida sufrida en el Benito Villamarín donde se escapó el ascenso.
El entrenador del Orihuela, Andrés García Tébar, explicó al término del partido que le pareció «muy trabado y espeso. Hemos intentado jugar porque creíamos que el terreno de juego estaba mejor». El técnico amarillo dijo que su equipo intentó «hacer combinaciones, nos ha costado, pero fuimos superiores en el balón parado. Con el 0-0 tuvimos ocasiones suficientes para adelantarnos y en la ocasión menos peligrosa nos adelantamos en el marcador».
En este sentido, el director del banquillo oriolano comentó que «ha habido muchos parones y tarjetas que provocaron que nos fuéramos con un gol y con dos jugadores más al descanso», y añadió que «en el inicio del segundo tiempo he pasado momentos malos, porque parece que tienes la obligación de avasallar y masacrar al contrario». Para el entrenador local la clave de haber sufrido en la segunda mitad se debía a que «no éramos capaces de recuperar la pelota. Se han creado dudas y falta de confianza», pero aseguró que con el segundo tanto los contrarios bajaron los brazos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.