Bernat Sirvent
Jueves, 25 de septiembre 2014, 02:19
El balance económico de la patronal alicantina Coepa, que ha sido rechazado por el sector crítico de Cepyme y Fempa por «dudas» en la cuenta de resultados, no es todo lo malo que se preveía. Aunque la patronal no informó de cuáles son esos números tras finalizar la convulsa junta directiva de anteayer, un portavoz oficial sí explicó ayer a este diario que las pérdidas exactas de 2013 suman 692.000 euros, cifra que es una tercera parte que la registrada un año antes, cuando el resultado negativo se elevó a 2,1 millones de euros.
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No obstante, el lastre económico de la patronal, que hace un mes cerró la venta de su sede frente al Teatro Principal por 2,35 millones de euros, sigue. Esos 692.000 euros de pérdidas finales más que triplican el resultado negativo que se había presupuestado a principios de 2013 y que se estimaba en 210.000 euros. Un portavoz oficial de Coepa asegura que en el presupuesto para este año, que será elevado a la asamblea del próximo martes, se prevén 17.000 euros de beneficios y unos ingresos totales de 3,1 millones de euros debido a la reducción de los costes financieros y los de personal, tras los ajustes ya realizados en la plantilla en los dos últimos años con varios expedientes de extinción de contratos que han afectado a más de 60 trabajadores.
La subvención de 150 millones de las antiguas pesetas que recibió Coepa del Impiva para la creación de su sede de Ruperto Chapí, que no tendrá que ser devuelta si, como ha autorizado la Conselleria de Economía, se mantiene la actividad formativa hasta abril de 2020 (25 años en total), están provocando ahora un agujero de unos 80.000 euros al haber sido imputada dicha ayuda. Eso causa un fondo propio negativo de 2 millones de euros, unos 700.000 por encima del ejercicio anterior, según advierte Fempa, la patronal del metal que sacó a colación la ayuda del Impiva y que aplazó la compraventa de la sede hasta que diera el 'plácet' la Generalitat.
La auditoría anexa a la cuenta de resultados advierte, además, que si Coepa tuviera que devolver a la Conselleria de Empleo 3,8 millones de otra subvención para su escuela de formación de Babel (que lleva cerrada ya dos años) «la Confederación podría ver reducido su patrimonio y tendría que reconocer un nuevo pasivo por dicho importe, lo que podría condicionar deforma determinante su futuro».
«A quemarropa»
Fuentes de la patronal del metal Fempa confirmaron ayer a este diario que, al finalizar la tensa junta directiva celebrada en IFA, que supone la exclusión desde el próximo martes, tras la asamblea, de Cepyme de la cúpula directiva, hubo «reproches personales a quemarropa» hacia su presidente Guillermo Moreno y su director Luis Rodríguez. Desde Fempa se muestran «muy decepcionados con el desarrollo por la agresividad inusitada y por las manifestaciones altisonantes que se produjeron» durante la reunión y al finalizar la misma. El presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, que ha presentado (arropado por toda la junta de Cepyme) dos demandas contra los estatutos vigentes y otra societaria contra los tres principales directivos de Coepa, no confía en que al juez de lo Civil le dé tiempo a suspender la asamblea del martes. En esa cita se escribirá, más que previsiblemente, el certificado de defunción de las pymes en Coepa.
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