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Calles cortadas este domingo en Valencia con motivo del Gran Premio de Ciclismo UPV
Detalle del Real Club Náutico de Calpe, con multitud de barcos recreativos de mayor y menor eslora amarrados.

La crisis deja abandonados 200 barcos y la morosidad asfixia a los clubes náuticos

«Es un auténtico cáncer, porque ni nos pagan, ni nos dejan rentabilizar esos amarres con otros clientes», afirma la patronal, que negocia una salida jurídica

Bernat Sirvent

Sábado, 27 de septiembre 2014, 01:37

La crisis no hace distingos y menos cuando se prolonga durante más de un lustro, porque muchos ricos, al final, también lloran, especialmente los que se dejaron embaucar por la denominada burbuja inmobiliaria. Algo más de 200 embarcaciones y yates de lujo permanecen literalmente abandonados en la veintena de clubs náuticos de la Costa Blanca porque sus propietarios, sencillamente, ni pueden asumir el canon de amarres ni, muchos menos, el gasto que conlleva el uso recreativo o el mantenimiento de los barcos. La situación es, a juicio de la patronal del sector, que ve remontar su actividad y negocio por primera vez desde el inicio de la hecatombe económica, «muy complicada», según explicó ayer a este diario el presidente de la Asociación de Clubes Náuticos de la Comunidad Valenciana (ACNCV), Pape Más, presidente a su vez del Real Club Náutico de Calpe.

  • euros es el cálculo del impacto económico diario de por la estancia de cada embarcación, lo que permite cifrar en algo más de 3,5 millones de euros el beneficio directo generado en la provincia con este tipo de cliente turista. Además de usar los servicios náuticos de los clubes y de hacer frente al coste del amarre temporal, realiza otros gastos en el municipio, entre los que destaca el combustible, restaurantes y supermercados.

  • Hoteles y ocio

  • Además, el perfil del turista náutico también invierte, según la Asociación de la Comunitat Valenciana, en hospedaje y alojamiento en tierra firme, que los navegantes alternan con el propio barco, así como alquiler de vehículos y ocio.

  • Alicante a la cabeza

  • La Asociación de Clubes Náuticos de la Comunidad Valenciana asegura que los de Alicante, desde Dénia hasta Torrevieja, son los preferidos por el turista navegante español y, sobre todo, extranjero. En la Comunidad hay 27 clubes principales, con 10.000 socios usuarios, más los esporádicos del verano, que viajan por todo el Mediterráneo aprovechando el buen tiempo.

«Es un auténtico cáncer dentro de los clubs, sin excepción», explica Más, para quien se impone negociar, lo antes posible, con las distintas Administraciones una solución de tipo legal. Resulta que los propietarios de esos 200 barcos y yates, la mayoría con menos de 35 pies y con un precio en el mercado inferior a los 30.000 o 40.000 euros, no abonan las correspondientes tasas para el pago anual de los amarres, pero tampoco toman decisiones sobre el espacio que ocupa la embarcación, que no se puede rentabilizar con otros clientes, españoles o extranjeros, en un momento en el que se recupera por primera vez la actividad en los últimos cinco años.

La morosidad asfixia ya de modo serio a muchos de los clubes náuticos, sin distinción. A unos más que a otros. Por ejemplo, esa morosidad y abandono de yates y barcos afecta directamente al 3% de los 260 amarres y 360 socios existentes en el Real Club Náutico de Calpe, pero la cifra es muy superior, y el daño económico en consecuencia también, en el caso de Torrevieja, por la dimensión del puerto y dársena deportivos, según relata Pepe Más.

Nueva Ley de Puertos

La Asociación de Clubes Náuticos de la Comunidad Valenciana (ACNCV) mantiene desde hace meses conversaciones con las distintas Consellerias que administran la actividad portuaria. Los empresarios , gerentes y socios de los clubs náuticos confían, no obstante, en una «salida legal» que satisfaga a todas las partes a través de la nueva Ley de Puertos de la Comunitat Valenciana, aprobada el pasado mes de junio por el Consell y que ha generado discrepancias en siete de sus artículos en el Gobierno, como informó hace unos días la Generalitat al hacerse eco de la comisión bilateral de cooperación Administración General del Estado-Generalitat para resolver esas discrepancias. No parece que el asunto del abandono de barcos sea objeto de polémica.

El enorme problema de los clubs en los últimos dos años es que al abandono del barco se suma el del propietario o propietarios. «Se pierde la pista de ellos, no podemos contactar con ellos y el tema de fondo no es solo la deuda que se acrecienta, sino los problemas de mantenimiento que causan en la instalación, porque muchos barcos están en riesgo serio de hundimiento y tenemos que actuar con diligencia directamente desde el club», añade el dirigente del sector.

Durante los últimos meses, en los que se ha disparado el abandono de barcos y yates de recreo, sólo se está llegando a acuerdos concretos en los casos de embarcaciones con un coste de 50.000 o más euros, en los que sí se negocia con el club alguna fórmula amistosa para ambos.

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