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JOSÉ L. MORALES
Domingo, 28 de septiembre 2014, 00:58
La proximidad de la cita electoral y la incertidumbre sobre quién será el candidato a la Presidencia de la Generalitat por el PP-CV ha reabierto el juego de las alianzas y estrategias populares de cara a los procesos de elaboración de listas. Uno de los primeros en dar un paso hacia adelante ha sido el vicepresidente del Consell, y a su vez líder del PP de Alicante, José Císcar, quien ha empezado a retomar viejas alianzas y a recuperar apoyos en la provincia con el objetivo de conseguir un partido unificado, al menos aparentemente, que influya en las decisiones a adoptar en la elección de los candidatos.
Císcar es consciente de que su presencia en el ejecutivo regional lo ha ido debilitando mediáticamente al haber tenido que dar la cara ante las decisiones más duras del Consell. Sin embargo, aún mantiene un cierto grado de imagen que podría convertirle en un elemento aglutinador en el caso de que fuera necesaria una figura de transición si Madrid optara por sustituir al jefe del Consell y apearlo de la candidatura autonómica para situar a un perfil más joven, como el de Isabel Bonig, que no al ser diputada podría asumir la Presidencia ahora. Para ello, necesita contar con el apoyo de su provincia, aunque sea formalmente.
En el caso de que fuera la elegida por Madrid para sustituir a Fabra, su situación provisional no sería necesaria, pero sí su apoyo como barón provincial y como número dos del Consell, lo que le permitiría recuperar algunos de los galones perdidos en la ultima remodelación.
Además, según distintas fuentes, Císcar es consciente de que la candidatura a la Presidencia de la Diputación, si continua en manos del PP, será para la actual presidenta Luisa Pastor, tal y como pretende la dirección nacional, y como avanzó este diario a mediados del pasado mes de agosto, por ser una persona que ha generado grandes consensos entre los alcaldes de la provincia, tratando de dar 'cariño' a la mayoría de ellos. Con ello, pretende tener alguna aspiración a la presidencia provincial, aunque no parece probable.
El plan de Císcar, según ha podido averiguar este diario, pretende recuperar la convivencia unitaria en la provincia, recurriendo a alianzas con la mayoría de alcaldes, con los zaplanistas moderados y con los campsistas, para trata de conseguir una unidad en la provincia, y dar un 'cariño' que hasta el momento no ha dado.
Encuentro
El primer paso se produjo el pasado miércoles por la noche en Valencia durante «una cena informal de confraternización» con todos los diputados populares alicantinos tras la segunda sesión del Debate de Política General, según señalaron algunos asistentes a la misma, pues, «no se abordaron grandes estrategias, únicamente la necesidad de estar preparados a lo que tenga que venir», es decir, se trató de crear una «armonía entre los populares alicantinos», añadieron.
No obstante, Císcar aprovechó para valorar la situación política actual y la necesidad de unidad ante las citas electorales de 2015 que, según las mismas fuentes, dijo que serían «las complicadas de los últimos años» tratando de dar ánimos a los diputados.
Los siguientes pasos del plan sería la realización jornadas de convivencia en las distintas comarcsa con militantes y cuadros para tratar de consolidar un liderazgo provincial frente a otros grupos emergentes no alineados con la dirección provincial entorno al Delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Serafín Castellano, que aún mantiene cierta presencia en la provincia.
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