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El alcalde en la presentación del plan que limita la velocidad en el centro.

El Consistorio limita a 30 kilómetros por hora la velocidad del tráfico en el centro

El primer edil asume una de las conclusiones del Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial en el que se dio prioridad al peatón en las calles

Francisco Reyes Prieto

Viernes, 3 de octubre 2014, 01:12

La circulación de los coches en el centro de la ciudad será más lenta a partir de ahora. El Plan Zona 30, que reducirá la velocidad en el casco urbano tradicional a 30 kilómetros por hora, fue presentado ayer por el alcalde, Eduardo Dolón, y la concejal de Tráfico, Agustina Esteve.

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El regidor señaló que forma parte de un proyecto de Acción de Movilidad urbana Sostenible desde el ámbito de la reducción de emisiones CO2 y seguridad vial, el cual se espera que esté ejecutado en el primer trimestre del próximo año. Es consecuencia del reciente Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial que se llevó a cabo en la ciudad salinera en días pasados. El alcalde dijo que se plantea en la zona central del casco urbano donde el peatón es el protagonista principal, aunque bien es cierto que ha ido cediendo protagonismo a la circulación rodada.

También añadió que la Zona 30 es una manera de invertir progresivamente dicha situación, y generar «un entorno de seguridad vial adicional al viandante». Dolón manifestó que con la experiencia de las calles peatonales del centro urbano y la coexistencia de la zona peatonal combinada con tráfico rodado, se va a apostar por delimitar su impacto a un área de 50 hectáreas.

Estará comprendida entre las calles Orihuela hasta Diego Ramírez, pasando por Apolo hasta Ramón Gallud, y también en otras más al norte del centro, entre las calles Almudena, Ramón y Cajal y todo el borde portuario. La Zona 30, dijo el primer edil, no hay que confundirla con una área peatonal «ni tampoco exclusivamente como una determinada área urbana en la que se limita la velocidad a 30 kilómetros por hora». Con su establecimiento y regulación, matizó Dolón, se pretende obtener una serie de ventajas como una velocidad reducida que disminuye el estrés de los residentes, además de suponer el establecimiento de una velocidad regular y baja sin aceleraciones bruscas. Asimismo se busca que con su aplicación el entorno se vuelva más agradable y mejore la seguridad vial, además de que repercute también en la disminución del ruido y emisiones de CO2 y reducir considerablemente los accidentes que afectan a peatones, ciclistas y ciclomotores.

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