Iranzo dimite como director de Ineca tras el escándalo de las tarjetas de Caja Madrid

El economista Juan Iranzo presentó ayer su dimisión como director general del 'lobby' empresarial Ineca, según comunicó en una nota la propia entidad que preside Joaquín Rocamora Ferri. La renuncia voluntaria, según dicha nota, se produce pocas horas después de que Iranzo se viera salpicado directamente por el escándalo de las tarjetas 'black' o 'fantasma' de Caja Madrid, lo que causó también su baja en el Consejo Económico y Social. Algunas fuentes dan por hecho que esa renuncia en el CES se produjo a instancias o por presiones del Gobierno de España. Su posible salida del consejo de administración de Red Eléctrica Española (REE) también podría ser un hecho a principios de la próxima semana.

Según el escueto comunicado de Ineca, «ha presentado esta mañana -por ayer- su dimisión como director general del Instituto de Estudios Económicos Provincia de Alicante ante los órganos de gobierno del Instituto. La Junta Directiva de Ineca se reunirá con carácter extraordinario la próxima semana para abordar la situación. Ineca agradece a Juan Iranzo el gesto y el trabajo realizado». De acuerdo con la relación que tiene en su poder el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, Juan Iranzo gastó con su tarjeta 46.800 euros.

Según ha sabido este diario, Iranzo, que viajaba de manera periódica a las asambleas generales o juntas de Ineca procedente de Madrid y se alojaba en hoteles de Alicante, no percibía remuneración alguna fija por su cargo en Ineca. Ejercía el puesto de director con carácter de «asesor, no ejecutivo». Y lo hacía desde el año 2008. Sus palabras eran escuchadas con atención por los empresarios integrantes de Ineca. Las últimas más sonadas fueron a principios de verano, cuando dijo que la crisis se daba por finalizada en base a todos los indicadores económicas de entonces. En su defensa, ha justificado que el uso de tarjeta y el gasto de 46.800 euros se hizo con tarjeta plata sin pin (necesario el DNI) y que su uso estaba totalmente controlado por la entidad, y que se trataba de incentivos para «gastos de representación» con un límite anual de 25.000 euros. Ha dicho que ha retornado 46.800 euros a la Fundación Caja Madrid.