E. M. L.
Domingo, 12 de octubre 2014, 02:47
Juntos, pero no revueltos. Es el mensaje que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se esforzó en transmitir ayer en su visita a Alicante para asistir a la salida de la Volvo Ocean Race, que supuso el consiguiente reencuentro con la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo.
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Era la primera vez que coincidían en público en tres meses, marcados la tensión generada por la nueva imputación de Castedo. Fabra ha sido el único que en las últimas semanas ha mantenido siempre una postura firme y la ha invitado a dimitir varias veces enarbolando su ya famosa línea roja. Ayer, aunque no quiso ahondar en este asunto por entender que lo importante era la Volvo, volvió a repetírselo. No será candidata del PP a las próximas elecciones si sigue imputada.
Tras un saludo más o menos cordial rodeados de objetivos que buscaban la foto política del día, poco volvieron a cruzarse sus caminos durante el acto oficial. Y fue el presidente el que con mayor ahínco buscó desvincularse de la alcaldesa imputada, poniendo autoridades de por medio, aunque pocas tenía a mano para hacerlo. Y es que ni la Casa Real ni el Gobierno central enviaron a sus representantes al acto de mayor relevancia internacional de Alicante.
Llaman 'choriza' a Castedo
Ausencias que, por cierto, a la alcaldesa no le importaron, ya que, preguntada sobre este asunto, dijo sentirse «muy contenta» pese a ellas.
Castedo hizo oídos sordos a la polémica y destacó que se trataba de un «día espléndido» para la ciudad de Alicante, que «va a demostrar lo que tiene que demostrar». Pese a que se temía que pudieran organizarse protestas a su paso, finalmente no se produjeron. Solo hubo una persona del público que la llamó «choriza», a lo que ella respondió sonriendo y saludándola con la mano.
Fabra no pudo evitar compartir planos, pero sí intentó por todos los medios que el contacto, y las fotos que lo certificasen, fuese el mínimo. Además, aunque no quiso entrar en detalles, le dejó a la alcaldesa una nueva advertencia respecto a su línea roja: «Todos saben cuál es mi actitud ante cuestiones vinculadas a la corrupción o comportamientos que no sean adecuados» y esta actitud «se va a llevar a cabo», aseguró.
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Durante el paseo por la zona Volvo ambos fueran por separado, la alcaldesa más cercana a la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, y en ocasiones al delegado del Gobierno, Serafín Castellano. No saludaron juntos a los equipos y en el momento de la salida de los barcos estaban también separados.
Especialmente significativas fueron las comunicaciones que se hicieron llegar desde la Generalitat sobre la asistencia de Fabra a este acto. El gabinete de prensa emitió cuatro fotos del presidente, en ninguna de las cuales aparece acompañado por su anfitriona. En la nota de prensa ni siquiera la mencionaron y tampoco lo hicieron en los 'tweets' que enviaron a lo largo de la mañana. Como si no estuviese.
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Pero no pudo evitar, claro, que le preguntasen sobre Castedo y sobre su decisión de no dimitir pese a sus imputaciones, momento en el que puso sobre la mesa su línea roja. También fue cuestionado sobre su ausencia el 2 de octubre en la inauguración del Race Village. Al respecto, señaló: «No pude venir, pero hoy estoy aquí disfrutando con todos».
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