

Secciones
Servicios
Destacamos
BURGUERA
Jueves, 16 de octubre 2014, 02:15
Alejandro Font de Mora calificó de «truculento» el modo en que ayer fue elegido como presidente de Les Corts, gracias a una mayoría simple a segunda vuelta después de que el PP, sobre el papel con una holgada ventaja, no lograse convocar a todos sus parlamentarios. Faltaban siete, alguno por cuestiones de agenda política, otros por enfermedad y varios más por imprevistos. La oposición votó en blanco, si bien los socialistas con mayor sentido institucional (Torres, Rubio, Alarte, Martínez, Toledo, Subías, Signes y Moreno, entre otros) terminaron por aplaudir (sin levantarse) al sucesor de Juan Cotino. Font de Mora leyó un discurso a la altura de su fama de parlamentario florentino. Sin embargo, entre la bancada del PP se instaló el enfado por un evidente dislate.
Jorge Bellver, síndic del grupo, puso cara de circunstancias. Posteriormente, evitó excusar la metedura de pata, por palmaria. Marisol Linares bullía. Sabía que es la responsable de que los escaños populares sumen los votos necesarios. En esta ocasión, una clásica mayoría absoluta, al menos 50, desabrochada.
Por 48 votos
Ya a primera hora de la mañana peligraba. La vacante de Cotino no se podía cubrir. De los 55 diputados, por tanto, había disponibles 54. Andrés Ballester ya disculpó su presencia convenientemente por asuntos familiares (quedaban 53), igual que Císcar, en un AVE hacia Madrid por un asunto de agenda política (52). Miguel Zaragozá avisó de que estaba indispuesto, ciática (51). Apenas quedaba margen. A las nueve de la mañana, Maritina Hernández llamó desde Canet. Coche averiado, lo que planteó un problema de matemáticas de la ESO: una diputada a 32 kilómetros de distancia de Les Corts tiene 90 minutos para ir de A a B... sin embargo, no se vislumbró la solución... Quedaban 50. ¿Y Marcos Zaragozá? Hacía tiempo que la distancia entre Alicante y Valencia no suponía un problema para el PP tan evidente como ayer. El parlamentario alicantino, a causa del tráfico, se quedó a las puertas del salón plenario, sin poder entrar por llegar tarde: 49 escaños. Alfonso Rus se encontró indispuesto y tuvo que visitar a su médico, según versión oficial, enriquecida por una exégesis oficiosa más cuestionable: tres autobuses de jubilados de Xàtiva visitaron la Diputación.
Entre unos y otros, la casa por barrer y el presidente de Les Corts a expensas de una segunda votación. Los cuchillos cainitas volaban a través de los mensajes telefónicos, donde se achacaba el fallo a Linares y se le reprochaba su ambición de ocupar el puesto que dejaría vacante Maluenda, el de vicesíndic del PP.
Tras la segunda votación, con Font de Mora ya presidente (48 a favor y 42 en blanco), se abrieron las puertas de la sala. Dos centellas corrieron a sus escaños: Maritina Hernández y Marcos Zaragoza. Linares interrogó a la exconsellera, quien replicó que, cuando avisó, un asesor del grupo le dijo que no se preocupase, que contaban con suficientes votos. A pagar el pato, el asesor; o sea, poca ropa.
En esas, se eligió Rafael Maluenda. Su candidatura a la vicepresidencia primera como sustituto de Font de Mora logró, esta vez sí, el medio centenar de apoyos populares. Dos horas con las urnas en ristre. Los socialistas comentaban lo extraño que resulta que el vicepresidente, Maluenda, recibiese dos votos más que el nuevo presidente, una maldad.
Bellver, tras la sesión matinal, pidió disculpas a Font de Mora, que las aceptó. Su discurso de investidura fue de nota, con citas bien hiladas, apeló a Dante, Aristóteles, Maquiavelo y Kavafis, lo cual supone elevar el nivel parlamentario habitual a cotas nunca vistas esta legislatura.
Tranquilo al principio del debate, Font de Mora bregó con los fallos del panel de votos explicando a la oposición que «lo que falla es la máquina, no la presidencia». Siendo un reputado forense, está acostumbrado a ver correr la sangre, incluida la hemorragia política. No obstante, conforme transcurrió la mañana, la tensión del día fue haciendo mella en el sucesor de Cotino. «Hoy tengo un día un poco mareado», se disculpó Font de Mora cuando se confundió y proclamó a la socialista Vicenta Crespo, del PSPV de toda la vida, como diputada del PP.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.