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José Vicente Pérez Pardo
Domingo, 19 de octubre 2014, 01:20
El presidente de la Generalitat Valenciana y del Partido Popular en la Comunitat, Alberto Fabra, aprieta el nudo sobre el cuello de Sonia Castedo y la descartó ayer directamente como candidata para las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en mayo de 2015: «Hemos hecho que aquellas personas imputadas estén quedando fuera y ya hemos dicho en casos como el de la alcaldesa, que no van a ser candidatos en las próximas elecciones», manifestó ayer a preguntas de los periodistas durante la clausura de la convención de los populares alicantinos, que se celebra desde el viernes en Benidorm.
Aunque el mismo mensaje se ha repetido en diversas ocasiones, ahora Fabra ha puesto nombre a esta declaración de intenciones, sabedor de que cuenta con el respaldo de Génova.
Fuentes del PP confirmaron a este periódico que la alcaldesa de Alicante visitó la sede de los populares en Madrid durante la semana para intentar negociar su futuro, el cómo y el cuándo abandonaría la formación en la que milita desde hace décadas. Otras fuentes aseguran que ya está negociado y cerrado, de ahí que Fabra haya dado estas declaraciones que insisten en su famosa 'línea roja' de que ningún imputado iría en las candidaturas municipales o autonómicas del PP: «La línea la hemos establecido y somos el partido que más está trabajando en ese sentido», destacó el presidente del PP valenciano en referencia a la ponencia de regeneración democrática que aprobaron los populares alicantinos y que va más allá incluso.
Fabra ha tomado nota de ella. Señaló que habrá que hablar con el resto de direcciones provinciales para que la incorporen, pero no será fácil porque el presidente del PP en Valencia, Alfonso Rus, siempre se ha mostrado muy laxo al respecto. «Hay que acercar el sentir ciudadano a nuestras políticas y ganar otra vez la confianza de los ciudadanos, que están desorientados por cosas que se han hecho mal y que necesitan medidas extraordinarias», apuntó.
Por activa y por pasiva
El presidente señaló que «lo hemos dicho por activa y por pasiva desde hace mucho tiempo y hay gente que también nos está criticando por esa línea», en alusión a algunas enmiendas presentadas al documento. No se han incorporado y el PP aprobó el texto que llevó Císcar. En este documento, aparte de que no haya candidato imputados, si algún cargo resultado imputado deberá abandonar inmediatamente el puesto, algo que se puede aplicar también a la diputada provincial, y exregidora oriolana, Mónica Lorente.
Sobre ella, Fabra apuntó que en este caso como en el resto «es incompatible que una persona se pueda sentar en el banquillo y seguir desempeñando sus funciones como cargo público». Lorente tampoco quiere abandonar su cargo. Asegura que tiene «la conciencia muy tranquila».
Con el documento, el presidente provincial del Partido Popular en Alicante, José Císcar, pretende evitar situaciones como la de Mónica Lorente o de Sonia Castedo, que se resisten a abandonar el cargo pese a la presión de su partido.
Cierto es que la soga estaba sobre el cadalso de la regidora alicantina desde su primera imputación en el 'caso Brugal'. El Partido Popular ha intentado desde hace meses que Castedo abandonara el puesto. Incluso, según las fuentes consultadas por este periódico, se le ofrecieron algunas salidas tanto políticas como profesionales en Alicante y fuera. Pero la alcaldesa las ha rechazado todas. Siempre ha defendido su inocencia en el caso y, como dice el guión popular, «el cargo es personal y no se le puede forzar a abandonarlo». Famosa fue su declaración el día de los Ángeles Custodios, en mitad del revuelo mediático: «¿Por qué creen que estoy aguantando todo lo que aguanto si no fuera inocente?».
Pero la presión ha ido en aumento después de que el instructor del asunto relacionado con la tramitación del plan especial de Rabasa la llamase como imputada el pasado mes de septiembre. Inicialmente, estaba citada para el 27 de noviembre, pero un recurso del constructor Enrique Ortiz, también implicado, ha retrasado sin fecha por ahora su paso por los juzgados. Con esta doble imputación, el cerco sobre la alcaldesa se ha estrechado con episodios tan polémicos como el pasado Pleno municipal de septiembre. EU aprovechó la situación para presentar una reprobación contra la alcaldesa e hizo un llamamiento a la ciudadanía en general para concentrarse a las puertas del Ayuntamiento y pedir la dimisión de Sonia Castedo. Una manifestación unos días después, que reunió a más de un millar de personas, insistía en la idea.
Todas las televisiones nacionales se hicieron eco del revuelo que se montó en el Pleno municipal, con un intento de tomar la Casa Consistorial inclusive, lo que movió definitivamente a la dirección nacional del PP a tomar una decisión sobre la alcaldesa alicantina. La actitud de la regidora, fría, tampoco gustó cuando la vieron repetida en televisión: «Manolete, Manolete, si no sabes torear 'pa qué te metes», le espetó a una concejal socialista, sembrando la sospecha sobre un viaje personal.
A Sonia Castedo todavía le quedaba esta bala en la recámara, puesto que los candidatos de capitales de provincia los nombra Génova, una vez escuchado el respectivo comité electoral territorial. De hecho, unas declaraciones de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, defendiendo la «presunción de inocencia» de la alcaldesa, parecía que le daban aire.
Este periódico ya apuntó, de boca de un conocido dirigente popular a caballo entre Madrid yAlicante, que no era un mensaje para Sonia Castedo sino para Alberto Fabra. De hecho, el presidente ha ido cada vez más distanciándose de Castedo públicamente. No acudió a la inauguración del 'village' en la Volvo Ocean Race y mandó en su lugar al vicepresidente, y líder de los populares alicantinos, José Císcar.
Todo un gesto de cara a la galería que con el paso de los días ha ido acentuando. Fabra ya dijo el pasado sábado en Alicante, en presencia de Castedo: «Todos saben cuál es mi actitud ante cuestiones vinculadas a la corrupción o comportamientos que no sean adecuados» y esta actitud «se va a llevar a cabo». Ayer no fue sino un giro de tuerca más al dar por finiquitada a la regidora alicantina.
Endurecido
La postura de Fabra se ha endurecido con los días ante el conocimiento de que Madrid había tomado cartas en el asunto. Algunas informaciones aparecidas esta semana apuntaban que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, le habría indicado al presidente valenciano que el futuro de Castedo estaba ya decidido.
En esta reunión con Cospedal también se habló de la continuidad del propio Fabra, muy discutida en su partido. De hecho, los periodistas le inquieron ayer sobre esta cuestión, a la que Fabra intentó escapar con humor: «Si me lo pregunta a mí o a mi madre le diremos que sí», manifestó para añadir que está centrado en seguir trabajando desde la Generalitat «intentando mejorar la gestión» e «imagen» de la Comunitat Valenciana, centrando los recursos «en aquello que es fundamental» como «la educación, la sanidad y el bienestar social». Ahora, a pesar de que Fabra hizo ayer oficial el cese, lo cierto es que Sonia Castedo sigue al frente del Consistorio alicantino. Su decisión de abandonar podría ser en días o semanas.
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