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Urgente La A-7, colapsada con más de 10 kilómetros de atascos este jueves
Detalle de operarios de Adif, en la mañana siguiente al incidente en el que quedó varado o semidescarrilado el tren AVE Madrid-Alicante, a la altura de Chinchilla.
Fomento aún no ha decidido qué hacer en el tramo donde un AVE se salió de la vía

Fomento aún no ha decidido qué hacer en el tramo donde un AVE se salió de la vía

El Gobierno se limita a contestar al diputado Joan Baldoví, de Compromís, que «sigue realizando un estudio de la zona afectada que determinará actuaciones»

Bernat Sirvent

Lunes, 20 de octubre 2014, 01:08

El susto que se llevaron los 220 pasajeros que circulaban a las ocho de la tarde en el tren de alta velocidad AVE el pasado 2 de julio, a la altura de Chinchilla, no ha tenido todavía respuesta, a efectos prácticos, ni del Ministerio de Fomento ni de la empresa dependiente de infraestructuras ferroviarias Adif. Casi cuatro meses después de aquel incidente, en el que Renfe y Adif siempre hablaron de que el tren había varado, no descarrilado, el Ministerio no tiene decidido obra alguna para la mejora de ese tramo de la vía, que registra tradicionalmente grandes bolsas de encharcamiento, como reconoció la propia Adif y otras fuentes ferroviarias como los maquinistas consultadas en su día por este diario.

En una reciente respuesta que el Gobierno dio el día 8 de octubre a la pregunta que el diputado Joan Baldoví Roda, del grupo Compromís-Equo, formuló el pasado mes de julio interesándose por este incidente (que podía haberse convertido en tragedia si no llega a ser por la enorme diligencia y profesionalidad del maquinista del AVE inmediatamente anterior, como ya relató este diario), admite que por el momento nada hay previsto en la zona para evitar este tipo de situaciones, que se pueden volver repetir.

El Gobierno se limita a decir que «actualmente se está realizando un estudio de la zona afectada que determinará las actuaciones de reposición que sea necesario llevar a cabo». Por lo demás, recuerda que las alteraciones del servicio ferroviario de aquel día, en la línea Madrid-Alicante, en el subtramo Chinchilla-Bonete, la conocida como variante de Alpera, se debieron a la «concurrencia de unas condiciones climatológicas extremas en un punto concreto de la vía». Añade que dichas condiciones climatológicas extremas, consistentes en una tormenta que produjo precipitaciones de singular intensidad, muy corta duración y concentradas en una área geográfica muy determinada, causaron datos graves en la infraestructura de la vía del tren AVE.

Un día después de que este diario adelantara que la actuación del maquinista del AVE inmediatamente anterior, que ya observó grandes embalsamientos de agua en la zona, fue determinante para que no se produjera una eventual desgracia de magnitud insospechada, Adif informó con todo lujo de detalles del 'incidente' (que no descarrilamiento, aunque el convoy quedó varado y semivolcado hacia un lado y la plataforma hundida).

Recordó que cayeron 70 litros por metro cuadrado en apenas una hora, que la «violencia extrema» de la precipitación acabó derribando una valla de protección de la infraestructura de unos sesenta metros de longitud, lo que ocasionó el arrastre de tal cantidad de materiales de distinto tipo que bloquearon uno de los drenajes de la vía. Por ello se produjo un efecto tapón en la infraestructura, que no se llegó a desplazar, aunque sí el balasto y subbalasto (piedras uniformes de hormigón sobre las que se fijan y descansan los raíles) en un tramo aproximado de unos 800 metros . Por ello, se desplazaron algo los raíles y quedó varado el tren, pese a su escasa velocidad. Esas obras de emergencia para levantar la máquina tractora del AVE y parte del convoy se realizaron en cuestión de horas. A las veinte horas, aproximadamente, ya se restableció la circulación por esa vía (se tuvo que desviar el tráfico por la segunda vía de la plataforma).

También se quitó el taponamiento de la plataforma y se levantaron los 60 metros de valla derrumbados. También se puso en su sitio el balasto y subbalasto. Pero no hay decidida obra alguna para evitar la acción de las avenidas. Son situaciones para Adif extraordinarias de «violencia extrema», aunque el colectivo de maquinistas adscritos al sindicato Semaf y otros sectores ferroviarios aseguran a este diario que en la zona son muy frecuentes estos encharcamientos debido a las lluvias intensas sobre las ramblas naturales de la zona que crecen cuando la precipitación es fuerte. Adif aseguró que la frecuencia de este incidente climatológico es «estadísticamente insignificante», pero llegó a anunciar la construcción de dos balsas.

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