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Bernat Sirvent
Viernes, 24 de octubre 2014, 01:09
La Conselleria de Medio Ambiente ha concedido hasta el 1 de octubre un total de 196 permisos para abatir de forma legal y controlada otras tantas reses de muflón, ciervo y gamo. En el caso de la cabra del Atlas marroquí o arruí, que es especie invasora sobre la que el Consell decretó en junio su exterminio en zonas concretas como Font Roja, Maigmó, Aitana y Mariola, las autorizaciones pueden triplicarse. Es decir, un total 800 autorizaciones para recechos o esperas de animales de caza mayor que están provocando un claro repunte de la actividad furtiva, según fuentes del colectivo de la guardería forestal, los agentes medioambientales.
Un exponente de la situación que se está produciendo en la actividad cinegética mayor en la provincia se presenta en el caso que viene relatando este diario, tras la retención en un control rutinario de tráfico por la Policía Autonómica, el pasado 10 de octubre, de dos cazadores supuestamente furtivos cuando transportaban en el maletero de su vehículo, en La Carrasqueta, tres grandes ejemplares de macho de muflón. Los animales no exhibían los preceptivos precintos, el sistema de control numerado que utiliza la Conselleria.
¿Qué significa esto?. En opinión de las fuentes citadas, que los cazadores, a los que investiga ahora un juez de San Vicente por su presunta participación en una red de tráfico de caza furtiva y trofeos (cuernos), tenían permiso para determinadas piezas en determinados cotos y días, pero no usaron los precintos y los guardaron para otras ocasiones. O para volver a escamotear la ley. Y así sucesivamente. Es decir, que suponiendo que un mismo precinto se usa para dos animales distintos (uno abatido legalmente y otro de modo furtivo), desde principios de año podrían haberse abatido unas 800 reses de muflón, ciervo, gamo y cabra arruí y otras tantas de modo totalmente irregular. Fuentes del mundo cinegético aseguran que la Conselleria de Medio Ambiente en Alicante está aumentando los permisos para reducir la población de estos animales por los daños teóricos en la agricultura, «aunque hay una estrategia clara para exterminarlos de los cotos privados en abierto y fomentar la caza mayor en los cotos que están vallados». Es por ello que los permisos que otorga la Conselleria son para esperas y recechos (búsqueda de un animal seleccionado previamente por su trofeo) incluso en horario nocturno, algo que taxativamente prohíbe la Ley Valenciana de Caza salvo para el caso del jabalí, animal que también se considera invasivo en la provincia.
De hecho, la caza legal o furtiva de piezas mayores en la provincia multiplica su oferta en internet. Sin ir más lejos, el portal 'milanuncios.com' incluye decenas de ofertas para recechos en Alicante. Arruí y muflón durante todo el año y ciervo y gamo a partir del 1 de septiembre. Abatir una de estas dos últimas especies cuesta entre 1.100 y 1.200 euros. El muflón baja a 800 euros y la cabra arruí, entre 400 y 500 euros. Aunque si el arruí es representativo alto llega a cotizar a 2.000 euros, si es bajo 1.500 y si es medalla bronce (en función de la longitud de sus cuernos, mucho más de 55 centímetros mínimos) alcanza los 3.000 euros. Una cantidad de dinero considerable, 1,6 millones de euros, si cada ejemplar costara solo 1.000 euros. La mitad, aproximadamente, escaparían al fisco.
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