Los residentes y un grupo de locales de ocio piden que se cumpla un código ético

La asociación vecinal Laderas del Benacantil mantuvo ayer una reunión con una asociación que aglutina al 30% de los locales de ocio del Casco Antiguo, para acercar posturas ante tensa situación que vive el barrio. En el encuentro, ambas partes se dieron cuenta de que sus posturas están más cercanas de lo que pensaban.

Y es que la agrupación de locales de ocio explicó a los vecinos que ellos siguen un código ético para respetarse mutuamente y evitar que los clientes se les desmadren. Un código que les gustaría que se extendiese al resto de locales que, denuncian, están aplicando prácticas muy agresivas, bajando precios y sumándose a iniciativas como la del 'WokiMoki'.

Unas iniciativas que, coincidieron con los vecinos, son malas para el barrio y para sus negocios, porque atraen a clientes de perfil adquisitivo bajo que consumen más bebidas en la calle, de 'botellón', que en sus locales. El resto de la clientela se va, en cambio, a otros lugares.

Además, según manifestaron en la reunión, se cuidan mucho de cumplir con las normativas en cuanto a la instalación de dobles puertas para aislar el ruido o el cumplimiento de los horarios. Y piden al Ayuntamiento que vele por que el resto cumpla también estas exigencias, para que no les hagan competencia desleal.

Es por esto que los responsables de los locales y los vecinos coincidieron en propugnar que este código ético que comparten los locales se extienda al resto.

Los vecinos insistieron en la necesidad de que se controlen iniciativas como el 'WokiMoki', se localice al promotor de la fiesta y se le responsabilice por los destrozos que se produjeron. «Ha sido un caso como el Madrid Arena pero en la calle, un empresario ha vendido miles de entradas pese a ser consciente de que los locales que participaban no podían acoger a tanta gente e iban a estar en la calle. Él es el responsable», señalan. Además, culpan la ayuntamiento por haberlo permitido.