Los populares sobrepasan la línea roja y hablan ya de expulsar a Sonia Castedo

La presión sobre la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, se intensifica según pasan las horas. Al último desplante de la regidora alicantina el martes al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, negando que se le haya comunicado que no continuará se suma la marea política que ha provocado la 'operación Púnica'. Los casos de corrupción azotan al Gobierno popular, con un CIS que aventura incluso que Podemos es la fuerza con más intención de voto, y «la paciencia se ha acabado», afirmaba a este periódico un dirigente popular. El cerco sobre la regidora se estrecha para que abandone su puesto, si es posible cuanto antes.

Hasta la propia presidenta de la Diputación Provincial de Alicante, Luisa Pastor, envió un mensaje a la alcaldesa. Aseguró que el PP podría expulsarla si «ve que hay causa», aunque admitió que no se le podría quitar el acta de concejal, que es personal.

Esta advertencia es señal de la tensión reinante en las filas del PP, que ha intentado hasta el último minuto llegar a una solución pactada para no tener a la primera edil alicantina de enemiga en la bancada de enfrente. No obstante, visto el enroque de Castedo y que parece que no hay avances en las negociaciones, además de los recientes desplantes, ya ni siquiera se descarta la expulsión por la vía rápida, como dan a entender las palabras de Luisa Pastor.

Esta medida drástica tendría sus consecuencias positivas en cuanto a la imagen del PP, inmerso en un proceso de lavado de imagen tras la 'operación Púnica'. Eso sí, son conscientes de que le pueden quitar la militancia por la fuerza, pero no el acta de concejal y es difícil que el cargo de alcaldesa si decide aferrarse al mismo, dado que la moción de censura es, según los interlocutores de este diario, inviable.

Hasta ahora, el PP había evitado tomar estas decisiones en todos los casos judiciales hasta bien avanzado el proceso (bien con la apertura de juicio oral, bien con claros indicios), pero la 'operación Púnica' ha roto esta conducta. En este sentido, Pastor fue cuestionada por si en la Comunitat Valenciana podría ocurrir lo mismo que en Madrid, donde la formación popular ha expulsado a los afiliados y cargos detenidos. La presidenta del organismo provincial no dudó y aseguró que «aquí podría ocurrir lo mismo, que se reúna el Consejo de Derechos y Garantías y que decida expulsar a una persona del partido».

«¿Pueden expulsar a los imputados del partido? Se puede. ¿Se puede hacer una moción de censura y pasar al grupo mixto? Se puede. Pero el acta es de la persona y seguirá formando parte del consistorio si la persona quiere», reflexionó Pastor.

Las declaraciones de la presidenta de la Diputación Provincial, y alcaldesa de San Vicente, deben interpretarse como un aviso directo a la alcaldesa. Al igual que las de la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, que ayer señaló que el presidente, Alberto Fabra, fue «suficientemente claro» sobre el futuro de Castedo, aunque señaló que las medidas se tomarán «en su momento», sin aclarar cuáles eran estas medidas. También la portavoz del Consell, María José Català, volvió a mencionar la famosa línea cuando se le preguntó y dijo que la alcaldesa la conoce.

Las fuentes populares descartaban que se fuera a producir una moción de censura en el Ayuntamiento de Alicante. Demasiado ruido en un momento muy complicado para el PP. Sin embargo, no descartaban la expulsión de Castedo con la apertura de un expediente disciplinario y su baja de la formación. En Madrid ya han demostrado que son capaces.

La dirección de los populares alicantinos prefiere una salida un poco más discreta, que sea la propia Castedo la que abandone su puesto haciéndole un favor al partido. Entienden que sería lo mejor para todos. Sin embargo, la expulsión está encima de la mesa, «como última posibilidad».