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Dos mujeres pasan junto a un hombre que busca comida en un contenedor en Alicante.

Las familias con dificultades para llegar a fin de mes crecen un 20%

Casi un 5% de los hogares alicantinos no puede permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días y sigue la preocupación por su nivel de deudas

Bernat Sirvent

Sábado, 1 de noviembre 2014, 01:40

Aunque las familias alicantinas en las que todos sus miembros están parados se han reducido por segundo mes consecutivo, lo que no se producía en los dos últimos años de severa crisis económica, la coyuntura no es como para tirar cohetes, ni mucho menos. Dos recientes estudios divulgados con motivo del día internacional del ahorro, que se celebró precisamente ayer, revelan que los hogares con muchas dificultades para llegar a final de mes con suficiente dinero para cubrir los gastos básicos se ha disparado un 21% desde el inicio de la crisis. Además, la preocupación embarga a la mitad de familias por su actual nivel de endeudamiento.

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El porcentaje de familias alicantinas con dificultades normales para llegar a final de mes ha aumentado un 10,85% desde 2008, la séptima mayor subida del ranking autonómico elaborado por kelisto.es, una web especializada en consumo y ahorro. Peor lo tienen todavía las que tienen no dificultades, sino muchas dificultades, para acabar el mes. En ese ceso, el incremento es del 21% durante los últimos siete años de recesión económica, la décima mayor subida de las diecisiete autonomías.

Pero el informe especializado no acaba ahí, porque el porcentaje de hogares que no tiene capacidad para afrontar algún gasto imprevisto también crece un 5% y llega ya al 42% del total. Y los hogares que no pueden permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año crecen un 13%. Pero es que un 4% de las familias, y ello sí que demuestra el índice de ayudas que no paran de crecer en los bancos de alimentos y en caso como Caritas o Cruz Roja, no puede comer al menos cada dos días carne, pollo o pescado. Una tasa que se ha disparado nada menos que un 70% en los últimos siete años en la provincia.

La pobreza energética también se están extendiendo con gran rapidez. Así, la Comunitat Valenciana es la séptima región en la que más crece el número de familias que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (el 48% desde el inicio de la crisis), al pasar del 7% en el año 2008 al 10,5% en 2012.

No es el único dato que habla bien a las claras de las miles de familias que lo pasan mal o muy mal desde hace más de un lustro en la provincia. Más de un 50% de los hogares están preocupados por su actual nivel de endeudamiento y por la capacidad de ahorro real. La compañía rastreator.com, que es un comparador online pionero en España, asegura en una encuesta que el 54% de los alicantinos y valencianos tiene como principal preocupación su nivel de deuda y un 32% su falta de estabilidad laboral. Además, una de cada cuatro familias no puede ahorrar y el aumento de la deuda en los últimos años afecta al 13% de hogares.

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La dependencia económica de la familia va por barrios, pero el 70% de los hogares endeudados de la provincia lo está por la hipoteca de su vivienda y el 27% por el coche. Solo un 13% por estudios suyos o de sus hijos y un 7% por una enfermedad. La situación es límite para miles de familias. Un 15% no tiene más de 3.000 euros de saldo en sus cuentas bancarias y el 12% no llega ni a 1.000 euros. Pero es que casi un 30% de las familias no tiene ahorrado ni un céntimo de euro al admitir abiertamente que vive al día.

El imprevisto que más preocupa a los hogares alicantinos es el despido y las enfermedades, seguido por las averías en el hogar o el coche. Pero en este capítulo se cuela también las posibles ayudas a amigos y familiares. Un 8% del total de hogares encuestados lo está.

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De hecho, en los últimos años de crisis económica los sindicatos han alertado del aumento de las reagrupaciones familiares no solo de ciudadanos extranjeros (en los casos en que no han retornado a sus países), sino sobre todo de españoles. Sin embargo, este fenómeno se ha relajado en los últimos meses, pues el total de viviendas familiares ha crecido en los últimos doce meses hasta septiembre en 8.900. Es decir, una cifra normal para los nuevos hogares con nuevas parejas, que no se ve descompensado por las reagrupaciones. Ruiz Olmos, de CC OO, lo achaca a que aumenta la ocupación en los últimos trimestres, aunque sea poco y precaria. «Las reagrupaciones se aplazan al aguantar un poco más las familias, pero si no se consolida el ingreso económico acabará reagrupándose. Esto es pan para hoy y hambre para mañana, aunque también sería interesante conocer el efecto que creo significativo de los desahucios parados por la PAH).

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