El Lucentum se abona a las remontadas

Cinco victorias en cinco partidos es el balance del Lucentum en Adecco Plata. Ayer sumó la quinta, ante el Araberri en el Centro de Tecnificación, por 69-64. Los de Kuko Cruza se han acostumbrado a vencer y a sufrir. A pesar de no desplegar su mejor juego, la dinámica positiva que han cogido les permite ganar como lo hacen los grandes equipos, por inercia.

El partido de ayer se complicó más de lo esperado. Los alicantinos salieron al parqué apáticos, como si hubiesen ganado antes de empezar. Pero este equipo se crece en los momentos clave, da igual la apatía de los primeros cuartos. Ya es costumbre: 30 minutos de dejarse llevar, a remolque en el marcador, para dar el zarpazo en el último cuarto. Además, en cada jornada, el jugador clave es uno distinto. Si el héroe ante el Zornotza fue Vidal y ante el Getafe fue Marín, ayer le tocó a Navajas. El ala-pívot malagueño se cayó del quinteto inicial, pero eso sirvió para que jugase más motivado, con ganas de demostrar su valía, y lo hizo anotando 20 puntos y recogiendo 5 rebotes.

El partido fue feo desde el principio, de batalla, con un total de 50 faltas personales -28 del Lucentum por 22 del Araberri-. Kuko Cruza dio inició a cuatro habituales: Fuentes como director de juego, Pardina y Marín en el exterior y Domínguez para combatir en la pintura, la novedad en el quinteto fue Guillén.

Mientras que el Araberri se presentó en Alicante con un equipo joven -la mayoría de sus jugadores son de la cantera del Baskonia-, en el que destacan el alero lituano Sedekerskis, de 16 años, y los pívots americanos Obade y Yates, que trajeron de cabeza a los lucentinos.

El primer cuarto fue frío, con un Lucentum jugando a medio gas y un Araberri con ansiedad. Pero, a pesar de la apatía, había comenzado la batalla. El primer damnificado fue Samuel Domínguez, que con dos personales en cuatro minutos fue sustituido por Kody. El Araberri conseguía sacar del partido al jugador más fuerte del Lucentum sobre la pintura y, cuatro minutos más tarde, al más importante en el exterior: Marín, que con otras dos faltas también se fue al banco. Entre el caos de las personales emergió la figura de Adrián Fuentes, el base dirigió perfectamente a su equipo y fue clave para que el Lucentum acabara el cuarto por delante en el marcador (13-11).

El segundo parcial fue diferente. El Araberri fue entrando en calor, mientras que los alicantinos parecían desconectados. Gracias a las 5 faltas que provocó Navajas y a sus 9 puntos en el segundo cuarto, los vascos no consiguieron distanciarse en el luminoso y se llegó al descanso con empate a 32.

Tras el paso por los vestuarios se esperaba una reacción del Lucentum, pero no llegó. Yates y Obade mantenían manso a Domínguez y el juego exterior de los alicantinos tampoco funcionaba. Los francotiradores lucentinos no tuvieron el día. Por más que lo intentaban Vidal y Marín, la pelota no entraba. Fallo tras fallo del Lucentum el Araberri consiguió 9 puntos de ventaja, la máxima del partido. El Pedro Ferrándiz se dio cuenta de que otra vez había que sufrir para llevarse la victoria.

Los jugadores del Lucentum también se dieron cuenta y decidieron despertar tras treinta minutos de siesta. En el cuarto decisivo aparecieron Domínguez y Marín, que no habían anotado en los tres primeros parciales. Además, supieron aprovechar la inexperiencia de los jugadores del Araberri, que se vinieron abajo en los momentos clave.

El Lucentum empezó a funcionar. Kody y Domínguez atrapaban todos los rebotes, a la vez que Marín empezó a soltarse. Mediado el último cuarto, un dos más uno del maño puso por delante a los alicantinos, que ya no volverían a verse por detrás en el marcador.

Los cinco últimos minutos fueron fáciles para los de Kuko Cruza, que llegaron a ponerse siete puntos arriba, máxima ventaja de los alicantinos durante todo el encuentro.

Con esta victoria, el Lucentum se mantiene invicto en el liderato de la Adecco Plata junto con el Sammic, que ayer ganó por 77-65 al Cambados.