Pedro Sánchez promete un nuevo Estatuto de los Trabajadores

Ilustra la necesidad de cambiar el marco base con un caso de explotación laboral en Alicante, donde conoció a «gente que cobra solo cuatro euros a la hora»

B. S.

Martes, 4 de noviembre 2014, 02:17

El secretario general del PSOE y aspirante a liderar el Gobierno de España, como ayer mismo se encargó de advertir, Pedro Sánchez, sacó su vena más laboralista en el Congreso de la Empresa Familiar. Participó, tras la inauguración oficial, en una conferencia y turno de preguntas escritas coordinado por el director general del IEF, Juan Corona.

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  • de los empresarios familiares de España se muestran positivos respecto a la perspectiva de su empresa para los próximos meses en este país, frente a un 42% el pasado mes de diciembre, según el último barómetro del IEF y KPMG.

  • 1.000 millones

  • El 37% de las empresas españolas que facturan más de 1.000 millones al año son empresas familiares. El 85% de las empresas españolas son de este tipo, lo que suponen 2,8 millones de empresas familiares en España, según el último informe del IEF.

  • Exportación y plantilla

  • Las empresas familiares españolas concentran nada menos que el 59% de las exportaciones y el 75% del empleo privado, algo más de 10,13 millones de trabajadores españoles.

  • Varias generaciones

  • Las empresas familiares se distinguen porque la propiedad de la compañía sigue en manos del fundador o sus parientes a las que se han heredado las participaciones en el capital. Con un 70% del PIB nacional aportado, estas empresas se hallan en un 1% en cuarta o posterior gener

Sánchez, quien llegó acompañado al Auditorio Provincial por el secretario del PSPV, Ximo Puig, y por el diputado nacional por Alicante Gabriel Echávarri, prometió abierta y decididamente por la reforma a fondo del vigente Estatuto de los Trabajadores. Y planteó esta necesidad «porque el vigente es del año 1980 y todo ha cambiado mucho», ilustrando con un caso de «gente que conocí en Alicante cuando vine de visita hace unos meses, gente que cobra solo cuatro euros la hora y tiene jornadas de trabajo prolongadas bajo una clara situación de explotación laboral».

Aboga por acabar con la precarización de las relaciones laborales con un «modelo alternativo» y defiende la necesidad de implantar de nuevo, de modo general, la negociación colectiva en todas las empresas. Pedro Sánchez tiene claro que cambiará el marco normativo laboral básico, sobre el que se han ejecutado todas las reformas laborales de los Gobiernos socialista y popular de la última década, y asienta esta necesidad sobre datos. «En el año 80 había 3,8 mujeres activas en España y hoy hay 10 millones con una tasa de actividad del 53%, además de que el 45% de los trabajadores españoles tienen hoy estudios universitarios». Consolidar la vida laboral y familiar, restar temporalidad a la contratación y «recuperar el marco de la negociación colectiva para que el despido sea el último recurso» son los ejes de esa reforma, que llevará a efecto de alcanza la Moncloa.

En su intervención reiteró el término «transición económica, porque como socialista creo que otra economía es posible». Y desgranó algunas de sus propuestas. Además de la reforma del Estatuto de los Trabajadores, una amplia reforma fiscal y también la energética.

Cree que España debe resolver «el alto endeudamiento privado, la baja competitividad y el paro, así como la alta precariedad laboral». Unos factores a los que, según dijo, «se han unido dos nuevos problemas: el endeudamiento público y la desigualdad». Y llegado a este punto recordó los últimos informes de Intermon, según los cuales existen en España 2,5 millones de niños pobres y el 40% de los trabajadores no pueden afrontar imprevistos mensuales con el salario de su empresa.

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Los cinco puntos en que se basa su «transición económica» son la reindustrialización de España para hacer un país más competitivo y exportador convirtiendo el 20% del peso del PIB en este sector, lo que permitiría crear 600.000 empleos adicionales; la reforma fiscal «porque no puede aguantar más con nuevos parches»; la democracia económica para «evitar la concentración del poder económico en sectores estratégicos para el día a día de muchas familias y pequeños empresarios y la ausencia de competencia», incluso con el cambio en el sistema de designación de los rectores de la CNMC; y la reforma energética. Sobre la energía, Sánchez calificó de «confusa» la política del Gobierno por sus «constantes cambios y por falta de una reflexión estratégica porque los altos costes lastran la competitividad».

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