El Gobierno no cierra la puerta a la doble toma de agua del Júcar-Vinalopó

Satisfacción y prudencia. Estas son las dos palabras que resumen la sensación con la salieron los representantes de la Junta de Usuarios del Vinalopó de su reunión en Madrid con altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente. La delegación de los regantes alicantinos, encabezada por Andrés Martínez, Francisco Santiago y Ángel Urbina, acordó con el Ministerio y con la Generalitat, representada ayer por el secretario autonómico de Medio Ambiente, Alfredo González, y por el director general del Agua, José Alberto Comos, seguir las negociaciones para lograr que el agua del Júcar llegue a la provincia.

Según Urbina, durante la reunión se informó de que el comité técnico designado para determinar si en la cuenca del Júcar hay caudales aptos para consumo urbano que puedan ser trasvasados «ha comprobado que en el embalse de Bellús hay, como mínimo, 12 hectómetros cúbicos sin asignar que podrían permutarse para Alicante».

El principal problema ahora es articular de qué manera se pueden hacer llegar esos hectómetros hasta el Vinalopó. De momento, en las próximas semanas se estudiará los mecanismos técnicos, jurídicos y económicos para concretar el trasvase desde Alarcón antes de que acabe el año. Además, también habrá que negociar el precio del agua.

Según los regantes alicantinos, los planteamientos del Gobierno y de la Generalitat es garantizar que el Júcar-Vinalopó no muere y para ello, si es preciso, se mantendrán las dos tomas de agua del río valenciano. La toma de Cullera se destinaría a riego y la de Alarcón sería para consumo urbano. De momento, las partes volverán a verse las caras en las próximas semanas.

El presidente de la Junta, Andrés Martínez Espinosa, apuntó ayer que «el Ministerio está convencido de la disponibilidad de agua, de que el trasvase no muere y no se sobreexplotan más los acuíferos del Vinalopó». «No es el trasvase que deseamos, pero el trasvase sigue en pie», sentencia.