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Bernat Sirvent
Miércoles, 12 de noviembre 2014, 01:18
El gusano de los pinos ('tomicus destruens'), que afecta a los pinares de la Comunitat Valenciana en las zonas más áridas y debilitadas por la sequía del mismo modo que el picudo rojo merma la población de palmeras, ha acabado ya con decenas de miles de pinos adultos de la partida rural de Montnegre (en la que hay terrenos de tres términos municipales, Alicante, Mutxamel y Xixona). No importa la edad de los ejemplares de pino carrasco, producto en muchos casos de una antigua repoblación forestal en los montes de Escobella, Montnegre y Sílim con fondos de la UE. Lo peor es que el proceso de degeneración del monte es imparable como ya ha alertado el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante y ayer comprobó in situ' este diario.
En una área forestal y rural de unos diez kilómetros en línea recta, entre Mutxamel y el pantano de Tibi, que abarca, según fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente, unas 2.000 hectáreas (unos 4.000 estadios de fútbol como el del Rico Pérez), las pinadas fenecen o están a punto de hacerlo. En un árbol que es de hoja perenne, ésta se ha transformado directamente en marrón (ejemplares secos) o amarillo (en el caso de las plantas enfermas).
Este diario comprobó (curiosamente en un día de lluvia que podría recuperar, aunque mínimamente ya, algunos ejemplares) que hay no ya miles, sino decenas de miles de pinos muertos y enfermos en toda la zona de umbría de Montnegre, Escobella y Sílim. En muchos casos, los pinos están ya esqueléticos, es decir, completamente secos.
Agricultores y ganaderos de Monnegre de D'Alt, una zona rural mínimamente poblada pero que lleva siglos produciendo hortalizas de primera calidad para los mercados alicantinos, admiten a este diario que no conocían una muerte de pinos tan masiva, ni en las sequías que hubo en los años 80.
Como viene informando la Conselleria de Medio Ambiente, cuya titular Isabel Bonig ya anunció anteayer que aumentará de 200.000 euros a 1,5 millones de euros el presupuesto para combatir la plaga de los pinos, Xixona es un municipio de actuación prioritaria. En la provincia se ha determinado como obligatorio el tratamiento en los términos municipales de Albatera, Alicante, Benejúzar, Crevillente, Elche, Orihuela, Redován y Xixona. Las direcciones territoriales se coordinarán con los ayuntamientos y propietarios privados. La directora general del Medio Natural, Salomé Pradas, señaló el día 3 que los pinares afectados por la plaga se han de tratar de manera obligatoria, «independientemente de la propiedad del terreno», ya que, explicó, según la Ley de Sanidad vegetal corresponde a los titulares de las explotaciones o de otras superficies con cubierta vegetal «aplicar las medidas fitosanitarias obligatorias». Ayer, un portavoz oficial de la Conselleria explicó a este diario que primero se actuará en los montes de titularidad pública. En el caso de Montnegre, la mayoría de la superficie es propiedad del Ayuntamiento de Xixona.
Colocación de trampas
Además, la Conselleria precisa que lo prioritario es ahora actuar en Orihuela y Cox, por el riesgo de que se expanda el temido insecto perforador a zonas próximas donde los árboles aún están sanos, según explica la fuente oficial, que admite abiertamente la falta de medios humanos y brigadas forestales para iniciar la tala masiva de decenas de miles de pinos en Montnegre y la colocación de trampas con feromonas para capturar el barrenillo adulto. La consellera Bonig, que precisamente ayer estuvo en Cox inaugurando algunos viales públicos y aprovechó para comentar el problema de la plaga del pino, tiene previsto contratar a 30 especialistas encargados de tratar de frenar la proliferación veloz del insecto, que aprovecha la debilidad del pino y perfora galerías por el interior del árbol bloqueando el paso de la savia y matando al final el árbol. En cualquier caso, la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente asegura que «de forma inminente» se actuará en los montes de Montnegre, aunque hasta ayer mismo dudaba de la titularidad pública o privada de los mismos y aseguraba que primero se actuará en los públicos que no precisan ningún tipo de autorización. Ayer Montnegre olía, por fin, a tierra mojada. Pero también apestaba a desastre ecológico. Y sin llamas.
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