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Luis Candela
Jueves, 13 de noviembre 2014, 01:46
Dayana, la muchacha de 27 años acusada de intentar matar a su recién nacido tirándolo a un patio del edificio en el que residía cubierto con una bolsa, ocultó su rostro ayer a su llegada a la Audiencia Provincial de Alicante. Una vez dentro, ya con su cara descubierta, mantuvo el misterio que ha envuelto su historia acerca de cómo el bebé al que dio a luz llegó al hueco en el que quedó atrapado, pues poco aclaró al tribunal que la juzga desde ayer hasta hoy en la Sección Tercera.
Los hechos ocurrieron el 21 de junio. «Sentí que me estaba muriendo por dentro», relató la acusada trasladada a la Audiencia desde la cárcel y recibida con gran expectación mediática. Por ello, se dirigió al cuarto de baño. Una vez allí, la mujer, que se había despertado ensangrentada esa noche, relató que vio caer coágulos de sangre y «un trozo de carne, algo que no tenía forma y tiré de la cadena». En ningún momento contempló, según ella, la figura de un bebé, pues además desconocía que se encontrase embarazada, como sostuvo entre sollozos. Poco más dice recordar desde entonces Dayana, quien solo sabe que su compañera de piso la trasladó en moto al Hospital General de Alicante, donde se despertó ya casi para ser interrogada por la Policía Nacional.
En los días siguientes un vecino comenzó a escuchar una especie de maullidos, el llanto del bebé, que no cesaban, por lo que optó por avisar a los servicios de emergencia. Los Bomberos se personaron poco antes de las doce de la noche del 23 de junio para, después de buscar y certificar que se trataba de una criatura y de un agónico rescate por el reducido hueco, sacar al pequeño de su 'prisión'. Era ya 24 de junio cuando lo consiguieron. Mientras, agentes del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaban al Hospital General de Alicante para dar con la madre de la criatura.
La mujer achaca su desconocimiento del embarazo a que los siete meses previos anduvo de un ginecólogo a otro, quienes solo le referían síntomas de una mastitis infecciosa o una patología conocida como quiste de chocolate. Sin embargo, en ningún momento vio la necesidad de probar con una test de embarazo, según expuso al tribunal.
Para la acusación pública, no obstante, resulta evidente que ella misma arrojó al pequeño desde la ventana de su aseo, que da a ese angosto espacio plagado de tuberías bajantes, tras cortar el cordón umbilical. Por fortuna, el suceso que conmocionó a los vecinos del número 4 de la calle Benissa de Alicante terminó con tan solo la fractura de un brazo del bebé.
Su relato quedó ayer en entredicho por una vecina y una matrona que revisó su historial clínico semanas antes. La primera, embarazada entonces, contó al tribunal cómo Dayana le había dicho que tenía un embarazo psicológico y que quería abortar, pero que no contaba con el dinero necesario. La comadrona reseñó que su intervención se limita a comprobar si la acusada había sido tratada en el centro de salud de Parque Lo Morant, algo que nunca había ocurrido.
La defensa de Dayana, que ejerce la letrada María Dolores Requena, trató de restar credibilidad a ambos testimonios y lamentó que la pareja de compañeros de piso no vayan a declarar. Él, que podría ser el padre, se encuentra en paradero desconocido, y la pareja, que trasladó a la acusada ha sido eximida de testificar. Una vez terminada la sesión de la vista, que concluye hoy, la togada explicó que, en su opinión, «el caso reúne los síntomas del síndrome de negación del embarazo», una patología que ya ha servido antes como motivo de absolución.
El Ministerio Público reclama una condena de 12 años y medio en prisión para la joven, ya que la implica directamente en la comisión de un asesinato en grado de tentativa.
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