Eva María Lahoz
Viernes, 12 de diciembre 2014, 01:42
Sonia Castedo va a jugar hasta el último momento. Aunque desde su partido, el PP, y su equipo de gobierno dan por sentado que acatará las órdenes de dejar la Alcaldía de Alicante antes de que acabe el año y las personas más cercanas coinciden en que prepara su marcha, ella se negó ayer, una vez más, a aclarar la fecha en la que dimitirá. Y advirtió: «Castedo toma sus decisiones cuando le apetece y sin avisar». Por lo que es de esperar que su marcha, como la mayoría de las decisiones que ha tomado en los últimos meses, tome a muchos por sorpresa.
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La alcaldesa alicantina, imputada por varios delitos en las piezas separadas del Brugal relativas al PGOU y Rabasa, ha cambiado el tono de enfado por la ironía como arma en sus intervenciones ante los medios de comunicación.
Ante la eterna pregunta, cuándo se irá, ayer Castedo optó por jugar con los periodistas. Así, señaló que el día 22, en el que se celebrará el Pleno ordinario de diciembre y que se había señalado como posible fecha de su salida, es buen momento, pero «depende de si me toca la Lotería o no, a lo mejor si me toca me lo planteo».
Eso sí, dejó claro que al menos llegará hasta ese Pleno, que piensa presidir. E invitó a los periodistas a que acudan, consciente del interés que han generado las últimas sesiones plenarias.
También dejó claro que cuando se vaya, no informará a la opinión pública sobre su decisión a través de los medios, a quienes acusa de su mala imagen. «No voy a dar una rueda de prensa», sentenció.
Se rió incluso del difícil trance que vive en estos momentos su equipo de gobierno, a punto de verse descabezado y con la tensión que ha generado que el elegido por el partido para sustituirla en el intervalo hasta las elecciones sea Miguel Valor, el quinto en la 'línea de sucesión' municipal.
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Sobre los concejales que le podrían sustituir, comentó que Juan Seva «sería un fantástico alcalde», Andrés Llorens también por ser «un gran conocedor de la administración» al igual que Miguel Valor, por su «experiencia política», mientras que Marta García-Romeu «podría hacer un gran papel e, incluso, Mariano Postigo (que estaba en ese momento a su lado) porque lleva muchos años en el Ayuntamiento».
«Hay muchas personas y apuesto por todos», señaló y, de nuevo con la ironía por bandera, apuntó que se encerraría en el despacho de la Alcaldía para «decidir» su sucesor.
Lo cierto es que no será ella quien lo elija, como aclaró en tono más serio después, aunque no entró a valorar las luchas internas por asegurarse un puesto tras las elecciones, a cambio de dar el poder a Valor en estos momentos de interinidad.
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Sobre los pactos con su partido, Castedo señaló que ha llegado «a todos» los acuerdos con el presidente del PPCV, Alberto Fabra, y que «él ya lo ha comentado, que hay un montón de acuerdos alcanzados».
La primera edil alicantina, volvió a lamentar que se haya puesto el foco mediático de la corrupción en su persona y consideró que los medios deberían preocuparse «más de otras personas con acusaciones bastante más graves» que las que pesan sobre ella. «A todos se nos mete en el mismo saco pero a mí nadie, después de la investigación que se me ha hecho, me acusa de llevarme nada, absolutamente nada», subrayó.
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E insistió en la idea de que está convencida de que sus explicaciones, que podrían hacer cesar las especulaciones, en el fondo, «no tienen interés» porque «no salen ni en los medios ni en los programas» motivo por el cual ha decidido no desvelar nada.
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