«Al que se demuestre que ha metido la mano, que se la corten»

El Partido Popular de la provincia de Alicante no desea esperar a nadie y ya ha comenzado a calentar la precampaña electoral, antes incluso de Navidad, con el lanzamiento de sus mensajes de regeneración aprobados en la pasada convención de Benidorm de octubre. El presidente provincial, José Císcar, citó ayer a los cargos orgánicos de L'Alacantí a una reunión de trabajo para que comiencen a 'vender' en sus poblaciones este «contrato electoral» contra la corrupción y la regeneración democrática. El mensaje que quiso lanzar ayer fue claro: «El PP no somos Bárcenas. Él es una manzana podrida y no podemos permitir que contamine al resto. Al que se demuestre que ha metido la mano en la caja, que se la corten».

Así de expeditivo fue el dirigente de los populares alicantinos ante el medio centenar de cargos orgánicos de la comarca de L'Alacantí, entre los que se encontraban la flamante secretaria de Transparencia, la edil alicantina Belén González, y otros concejales capitalinos como Mariano Postigo, Mari Ángeles Goitia o Mari Carmen de España, entre otros.

Fue una primera reunión de trabajo, que continuarán tras las fiestas navideñas con el resto del territorios, según informaron fuentes de la organización popular. Tras la alocución de Císcar, fue el diputado provincial Adrián Ballester quien llevó la batuta de la intervención ante los cargos orgánicos.

Previamente, el presidente de los populares alicantinos quiso dejar bien claro que, antes de que comience la refriega electoral, el PP responderá y no permitirá que se le echen en cara sus casos de corrupción. «Somos los primeros interesados en que la lacra de la corrupción se acabe», dijo Císcar, «porque casos de corrupción hay en todos los partidos políticos y no queremos que nos salpique».

En los populares son conscientes de que la corrupción «es una de las máximas preocupaciones de los ciudadanos» y, por ende, también de las formaciones. Durante toda la legislatura, sucesivos casos le han estallado al partido, que ha ido apartando a los cargos imputados o sospechosos, salvo la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, aún pendiente.

Ante este cúmulo de asuntos, el PP de Alicante se adelantó aprobando en su convención de Benidorm un documento de regeneración democrática en el que incluía varias medidas como la prohibición de imputados en las listas electorales; el cese automático en caso de imputación de un cargo; o la prohibición de que haya políticos en las mesas de contratación, entre otros.

Estas medidas son a las que pretenden dar publicidad mediante la difusión de un vídeo en las redes sociales y en los encuentros con vecinos. Císcar todavía confía en que el partido remonte en las encuestas y «gobierne la mayoría de los municipios» de la provincia, pese al pesimismo de muchos cargos.