Javier Limón atiende a los periodistas junto a Teresa Romero.

Condenan a Javier Limón por amenazar al empleado de una inmobiliaria de Orihuela

La juez obliga al marido de la auxiliar de enfermería que sobrevivió al ébola a pagar casi 2.000 euros por los destrozos que ocasionó en la oficina por una deuda

Luis Candela

Sábado, 20 de diciembre 2014, 01:00

El Juzgado número 1 de lo Penal de Orihuela ha condenado a Javier Limón, marido de la auxiliar de enfermería que superó el ébola, Teresa Romero, a pagar 1.824 euros como autor de un delito de daños, con la atenuante de dilaciones indebidas, y una falta de amenazas leves. La pareja de la infectada por la mortal enfermedad fuera de África, quien llegó a estar imputada en el proceso, protagonizó en 13 de mayo de 2009 un altercado en una inmobiliaria de la ciudad de la Vega Baja. A la empresa promotora le reclamaban una deuda de 300 euros, según recoge la sentencia a la que ha tenido acceso este diario.

Publicidad

  • El origen.

  • El 13 de mayo de 2009, el matrimonio acude a la mercantil ubicada en la ciudad de Orihuela a exigir una deuda de 300 euros por los que Javier Limón dijo literalmente que era capaz de «matar».

  • Escena.

  • Como no consiguieron su objetivo, el marido de Teresa Romero provocó daños en la oficina y amedrentó a uno de los empleados que se encontraban en la oficina.

  • Castigo.

  • El Ministerio Público acusó a Limón de un delito de daños y una falta de amenazas, por lo que el juzgado de lo Penal número 1 de Orihuela le condena a pagar casi 2.000 euros.

La pareja irrumpió entre las once y media y las doce del mediodía en las oficinas de la promotora de inmuebles ubicada en la calle Valencia de Orihuela. Los cónyuges querían que se les devolviese el dinero adeudado. Para ello, Limón no dudó en montar una buena escena ante los tres empleados que se encontraban presentes en ese momento, a quienes amedrentó con expresiones amenazantes. «Por 300 euros mato», les espetó a los trabajadores.

Acto seguido, y ante la imposibilidad de obtener su dinero, el denunciado cogió un jarrón cargado con cañas de bambú y lo alzó «para tirarlo al suelo», como ha quedado probado para la magistrada. La altura de las plantas, junto con el impulso del disgustado Javier Limón, hizo que chocasen con el techo, lo que provocó la rotura de una de las placas de poliuretano que componían la cubierta de la oficina.

Además, las piedras del interior del jarrón decorativo golpearon en el suelo y también dañaron dos losetas del mismo, por lo que se tuvo que reparar la zona perjudicada, según ratificaron los empleados que presenciaron los hechos.

No contento con ello, el marido de la mujer que casi pierde la vida a consecuencia de su contagio por ébola, decidió llevarse la torre de uno de los ordenadores al no conseguir que el encargado acudiese presto a satisfacer sus exigencias. Los empleados relataron en el juicio que Limón les dejó muy claro que «para hacer más daño me llevo los ordenadores», pues Romero cogió un portátil. Sin embargo, la pareja decidió volver segundos después y devolver los equipos.

Publicidad

«¡Ah!, se me ha caído», dijo Limón antes de dejar caer la torre del ordenador, cuyas piezas salieron despedidas del impacto. Un acto a todas luces fingido, a ojos de la magistrada ponente del fallo, para dañar el equipo informático.

Teresa Romero y Javier Limón acudieron el pasado 3 de diciembre al Palacio de Justicia de la ciudad oriolana para la vista oral celebrada por el penal. La auxiliar de enfermería testificó por los hechos ocurridos hace casi cinco años, por los cuales llegó a estar acusada. El Ministerio Público pedía para ella una multa que ascendía a casi 3.000 euros, tal y como adelantó este diario.

Publicidad

La titular del Juzgado 1 de lo Penal entiende que Javier Limón «faltó a la verdad» con la declaración prestada en la vista oral celebrada en Orihuela y sostiene que «mintió», pues alegó que el ordenador se le cayó porque regresó nervioso y al tropezar se le fue al suelo, como recoge la sentencia.

El juzgado que ha emitido el fallo tuvo que rectificar mediante un auto la sentencia contra Limón, pues, en un error, condenó en un principio a la auxiliar Teresa Romero por lo sucedido, cuando, en realidad, se refería a su marido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad